Un hecho histórico ocurrirá esta semana en Cuba, cuando Raúl Castro deje el cargo al que había accedido cuando su hermano cayó gravemente enfermo: primero de forma interina en 2006 y oficialmente en 2008.
Por primera desde que la Revolución triunfó en 1959, la isla serár dirigida por alguien que no se apellida Castro.
Por ello, te presentamos un recuento de los momentos más importantes de la década de gobierno de Raúl Castro, marcados por haber representado una ruptura de lo que venía ocurriendo hasta entonces con Fidel:
1. El deshielo con Estados Unidos
En respectivos discursos televisivos al unísono el 17 de diciembre de 2014, Raúl Castro y Barack Obama declararon al mundo que sus países hacían las paces después de más de medio siglo de Guerra fría.
El acercamiento, fruto de negociaciones secretas entre las dos naciones en las que medió el Vaticano, comenzó con un trueque de prisioneros en el que tres espías cubanos encarcelados en Estados Unidos fueron canjeados por un contratista estadounidense preso en la isla bajo cargos de espionaje.
Oficialmente, el 20 de julio de 2015 los dos países reanudaron relaciones diplomáticas y reabrieron sus respectivas embajadas.
En marzo de 2016, La Habana, 88 años después de la última visita de un inquilino de la Casa Blanca.
Sin embargo, el embargo comercial y financiero que impone Estados Unidos a Cuba desde 1962 sigue en pie y las relaciones entre las dos naciones han sufrido un retroceso desde que Obama salió de la Casa Blanca y la administración de Donald Trump asumió el poder.
2. Reformas migratorias: los cubanos ya pueden viajar
En enero de 2013, el gobierno de Raúl Castro eliminó los requisitos de viaje y autorizó a los cubanos a salir legalmente del país hasta por dos años sin perder sus bienes o residencia.
Raúl Castro eliminó algunas restricciones que mantuvo por años su hermano Fidel.
La reforma migratoria de 2013, que fue actualizada en abril de 2016 y en enero de 2018, facilitó las visitas temporales a los cubanos que antes de 2013 salieron ilegalmente del país -si no lo hicieron por la base naval de Guantánamo- o rebasaron el límite de estancia en el exterior.
Las nuevas leyes migratorias supusieron el fin del permiso de salida, la llamada "tarjeta blanca" que las autoridades debían conceder para viajar al extranjero, y de la carta de invitación que avalaba la salida. En la actualidad, las únicas personas que aún necesitan permisos especiales para dejar la isla son los médicos y los militares.
3. Cuentapropismo: la isla se abre a la propiedad privada
El cuentapropismo, como se le llama en Cuba a la propiedad privada, aumentó tras las reformas de Raúl Castro.
En 2010, el gobierno de Raúl Castro tomó la decisión de ampliar el trabajo por cuenta propia en el país. Una reforma que se convirtió en un revulsivo económico y social en la isla.
Según los últimos datos brindados por el Ministerio de Trabajo, los llamados "cuentapropistas" representan alrededor del 12% de la fuerza laboral del país y la cifra asciende a 579.415 personas afiliadas a la propiedad privada.
La "elaboración y venta de alimentos" (que incluye las llamadas paladares o restaurantes) es la actividad más desarrollada con 61 mil licencias otorgadas.
Existen 58 mil trabajadores dedicados al transporte de carga y de pasajeros. Hay 40 mil licencias autorizadas a trabajar en el arrendamiento de viviendas y espacios, una de las modalidades más demandadas.
La disposición ha congelado el ascenso de la propiedad privada en Cuba y según el Ministerio de Trabajo esta disposición forma parte de un "proceso sistemático de revisión y perfeccionamiento encaminado a corregir deficiencias" en el funcionamiento del sector no estatal.
4. Los cubanos pueden comprarse un auto y una casa. Y venderlos también
En Cuba, no fue hasta 2011 que el gobierno autorizó la compraventa de automóviles usados entre cubanos.
Pero esa primera apertura no eliminó la prohibición para comprar autos nuevos. La restricción que exigía tener un permiso gubernamental para adquirir un vehículo fue eliminada por el gobierno de Raúl Castro el 19 de diciembre de 2013.
Desde que inició la revolución cubana en 1959 con Fidel Castro al frente, el gobierno determinó que para que los cubanos pudieran comprarse un auto, debían conseguir un permiso estatal, privilegio solo otorgado principalmente a los altos funcionarios, deportistas de renombre y artistas.
La reforma fue recibida con aliento por los cubanos, pero a modo de sueño, pues los precios de los autos, instaurados por el gobierno, están al alcance de los bolsillos de pocas personas en la isla.
Los precios de los autos en Cuba distan de los costos comunes en el extranjero. Por ejemplo, un Peugeot 508 cuesta US$262.000, ocho veces más que su valor en Reino Unido.
También en 2011, el estado cubano permitió la compraventa de casas en el país, tras mantenerla prohibida por décadas, surgió así un mercado de bienes raíces que, aunque limitado, continúa creciendo.
5. Internet llega a la isla
Las plazas públicas y los parques cubanos han cambiado su dinámica social. Ya no son aquellos sitios donde la gente iba a ver correr a los niños en las tardes o a tomar la brisa en compañía de su pareja.
Desde 2013, en Cuba, los parques y plazas públicas son oficinas de trabajo y, sobre todas las cosas, el lugar donde los cubanos se pueden comunicar con el mundo a través de un servicio público de internet.
Antes de esa fecha era imposible que la mayoría de los cubanos pudieran acceder con frecuencia a la red.
Pero si bien cada vez más crecen las posibilidades de conexión, las condiciones para acceder a ella siguen siendo arcaicas y limitadas por su baja calidad y su alto costo comparado con los salarios cubanos y a los precios en el resto del mundo.
Según datos de Etecsa, la única empresa de telecomunicaciones que existe en la isla, más de 2 millones de personas tienen correo electrónico y se han contratado millón y medio de cuentas permanentes de navegación.
En todo el país existen 635 áreas públicas con conexión Wifi y el gobierno ha comenzado a habilitar servicios de internet a domicilio, de los cuales hay funcionando en todo el país 11.980 hogares.
6. Los cubanos pueden ir a los hoteles de su propia isla
En marzo de 2008, el gobierno cubano rompió con la prohibición que impedía a los ciudadanos de la isla alojarse en los hoteles de turismo internacional.
Hasta ese momento, solo estaban autorizados a hospedarse las parejas en luna de miel o estudiantes y trabajadores destacados en los centros laborales estatales que se acogían a un plan especial.
Antes de la nueva medida, la población con acceso a pesos cubanos convertibles podía utilizar los servicios de los hoteles como restaurantes, tiendas y gimnasios, pero no hospedarse.
7. Cuba aumenta la inversión extranjera
El mal estado de la economía cubana hizo que al gobierno de Raúl Castro no le quedara más remedio que reformar una ley para otorgar más incentivos a los inversionistas extranjeros.
La fórmula encontrada fue diseñar un megapuerto para convertirlo en el principal polo industrial de la isla.
El sitio seleccionado fue el puerto del Mariel, a unos 45 kilómetros al oeste de La Habana.
Antes de inaugurar el puerto del Mariel, Castro también renegoció la deuda con el Club de París a finales de 2015.
En ese instante, la deuda se encontraba congelada desde hacía más de 30 años. Raúl logró una condonación de US$8.500 millones y su gobierno se comprometió a desembolsar US$2.600 millones en un plazo de 18 años para así acceder a créditos.
8. Límites de mandato en los cargos políticos
Raúl Castro deja de ser el presidente de Cuba por decisión propia.
Una proposición suya al Partido Comunista de Cuba (PCC) terminó modificando la antigua forma de gobierno en la isla y estableció límites de edad y de tiempo de mandato para los cargos políticos.
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