Irán negó este domingo estar implicado en los ataques con drones de rebeldes yemeníes contra la planta de procesamiento de crudo más grande del mundo y un campo petrolífero en Arabia Saudita.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, culpó directamente a Irán por el ataque en varios tuits el sábado por la tarde.
Entre todas las peticiones de desescalada, Irán ha lanzado ahora un ataque sin precedentes contra los suministros energéticos del mundo, escribió Pompeo. No hay pruebas de que los ataques llegaran de Yemen, escribió Pompeo.
Las autoridades estadounidenses indicaron antes que al menos un ataque reciente de dron contra Arabia Saudita se había lanzado desde Irak, donde Irán apoya a milicias chiíes. En las últimas semanas, esas milicias han sido blanco de misteriosos bombardeos, al menos uno atribuido a Israel.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní Abbas Mousavi tachó el domingo las declaraciones de Pompeo como comentarios ciegos y fútiles.
Los estadounidenses adoptaron la política de máxima presión contra Irán, que, debido a su fracaso, se está convirtiendo en máximas mentiras, dijo Mousavi en un comunicado.
Por su parte, la oficina del primer ministro de Irak, Adel Abdul-Mahdi, emitió un comunicado en el que negó que el ataque de dron viniera de su país.
Así fue el ataque
Las primeras noticias sobre el ataque del sábado fueron videos difundidos en internet de incendios en la planta de Abqaiq, unos 330 kilómetros (205 millas) al nordeste de la capital saudita, Riad.
En varios videos se oía fuego de ametralladoras junto con la llamada a las primeras oraciones islámicas del día, apuntando a que las fuerzas de seguridad intentaron derribar los drones justo antes del amanecer.
El presidente estadounidense Donald Trump llamó por teléfono al príncipe heredero saudí tras el ataque, expresando el apoyo de Washington con la defensa del reino, según la Casa Blanca. El príncipe aseguró a Trump que Arabia Saudita está dispuesta y capaz de confrontar y gestionar esta agresión terrorista, según una nota de prensa de la embajada saudí en Washington.
Afectaciones mundiales
Los ataques provocaron la suspensión temporal de operaciones de producción en las instalaciones de procesamiento de Abqaiq y el campo petrolífero de Khurais.
Eso paralizo al menos 5,7 millones de barriles de crudo, según las autoridades, que prometieron que las reservas del reino compensarían la diferencia. La cantidad afectada equivalía al 5% de la producción diaria en todo el mundo.
Aunque los mercados seguían cerrados el domingo, el ataque podría afectar a los precios de la energía en todo el mundo.
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