Con tonalidades que van desde el rojo al anaranjado, se ve el cielo de Australia debido a los fuertes incendios forestales que azotan, desde septiembre pasado, el sur de esa región.
Para dimensionar los alcances que tienen dichos incendios, a través de redes sociales se ha viralizado este video grabado por el comandante del Aire de Australia, Joe Lervasi, a bordo de un avión que sobrevolaba la zona afectada.
El video de apenas 20 segundos muestra parte de la cabina del avión y el exterior con nula visibilidad debido a los tonos rojizos.
El piloto explicó que dichas condiciones son generadas por los incendios forestales e impiden que algunos vuelos lleguen a Mallacota, un pequeño pueblo en la región de East Gippsland de Victoria, y Merimbula, ambas en la zona sur de Australia.
Nuestra gente está altamente capacitada y es profesional, pero no siempre capaz de completar la misión en el primer intento", explicó en la publicación el piloto.
Daños incalculables
Los fuertes incendios forestales que provocan esa impresionante vista desde el cielo, han dejado daños incalculables.
De acuerdo con imágenes difundidas por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), las regiones afectadas son el Parque Nacional Flinders Chase, donde se encuentran colonias de pingüinos y formaciones rocosas costeras, así como Kangaroo Island, considerada la tercera más grande de Australia después de Tasmania y Melville Island.
Organizaciones estiman que la cantidad de koalas muertos es de 25 mil, lo que representa la mitad de la población; mientras que en las imágenes del pasado 16 de diciembre y del 7 de enero puede apreciarse la afectación en unas 155 mil hectáreas.
Lluvia dio tregua
La lluvia registrada los días 5 y 6 de enero ayudó a calmar los incendios que devastaron Nueva Gales del Sur y Victoria, en Australia; sin embargo, las autoridades locales advirtieron sobre el regreso de los megafuegos en los próximos días.
Las autoridades dijeron que dichas condiciones sirvieron poco en el control de las llamas y que dichas precipitaciones fueron una oportunidad para que la población se mantuviera a salvo antes de que el fuego se intensificara de nueva cuenta.