Una nueva polémica surgió tras el anuncio del gigante farmacéutico francés Sanofi de que dará prioridad a Estados Unidos en caso de hallar una vacuna contra la COVID-19 y el presidente Emmanuel Macron estimó que la vacuna contra este virus que ha dejado cerca de 300 mil muertos en todo el planeta deber ser "un bien público mundial".
"Los esfuerzos realizados en los últimos meses muestran la necesidad de que esta vacuna sea un bien público mundial, ajena a las leyes del mercado", dijo Macron después de que Sanofi afirmara que podría destinar a Estados Unidos las primeras vacunas contra el coronavirus, puesto que las autoridades de este país han invertido en su desarrollo.
El gobierno estadounidense tendrá "derecho a los pedidos más grandes", puesto que este país "ha invertido" y "comparte el riesgo", dijo el miércoles director general del grupo farmacéutico, Paul Hudson.
El británico, que asumió el cargo el año pasado, instó este jueves a Europa a "compartir los riesgos" para fabricar una vacuna.
Sus comentarios desataron una ola de indignación del gobierno francés y expertos en salud, que hicieron hincapié en las decenas de millones de euros que Sanofi ha recibido para la investigación por parte del Estado francés.
"El acceso igualitario a esta vacuna para todos no es negociable", sostuvo el primer ministro francés, Edouard Philippe, un argumento con el que coincidió la Unión Europea que estimó que el acceso al tratamiento debe ser "universal".
Para nosotros sería inaceptable que hubiera un acceso privilegiado a tal o cual país por razones financieras", dijo la secretaria de Estado para la Economía, Agnés Pannier-Runacher.
La presidencia francesa anunció que mantendrá conversaciones con los ejecutivos de Sanofi en el Palacio del Elíseo a principios de la próxima semana.
Director de Sanofi afirma que estaría disponible en otros países
El director de Sanofi en Francia, Olivier Bogillot, trató de sofocar la polémica y aseguró este jueves que "el objetivo es que esta vacuna esté disponible a la vez en Estados Unidos, en Francia y en Europa de la misma manera".
Pero, en los hechos, esto será posible "si los europeos trabajan igual de rápido que los estadounidenses", añadió Bogillot.