Una imagen tomada por Luca Landau, fotrógrafo de Reuters, durante la celebración de Año Nuevo en la ciudad brasileña de Copacabana ha despertado un debate en ese país en torno a las diferencias raciales.
La foto muestra a un niño negro, aparentemente solo en el agua, contemplando los fuegos artificiales de la celebración, mientras una multitud vestida de blanco está a sus espaldas celebrando la llegada de 2018. Algunos se toman selfies, otros miran también los fuegos artificiales y otros se abrazan.
¿Cuál es la controversia?
La controversia surgió cuando el fotógrafo compartió la imagen en su cuenta de Twitter, sin ninguna descripción más que Noche Vieja en Copacabana. Pero las reacciones de los internautas no se hicieron esperar. Algunos criticando la exclusión brasileña hacia los afroamericanos y otros hablando sobre la hipocresía de la humanidad.
Sin embargo, varios activistas del movimiento negro en Brasil plantearon otra pregunta: ¿Cómo interpretaríamos la imagen si en lugar del niño negro hubiera uno rubio y blanco?
"El problema no es la foto, sino su interpretación y la de su contexto. La gente que mira la foto está condicionada a entender que la imagen de una persona negra está asociada a la pobreza y al abandono, cuando en realidad no es más que un niño negro en una playa. Esta precondición es racismo estructural, resultado de la mala educación del pueblo brasileño sobre él mismo", dijo el escritor Anderson França al diario El País.
Por su parte, Mayara Assunção, del ColectivoKianda, llamó en su cuenta de Facebook a dejar de estereotipar a los niños brasileños:
Sinceramente, tenemos que dejar de pensar que todos los niños negros sin camiseta están abandonados, tristes, solos, infelices y contrastan con la felicidad de los demás& Tenemos esa horrible manía de reforzar los estereotipos de nuestros pequeños: '¡Qué pena!', '¡Es el retrato de Brasil!', 'Es una imagen muy impactante; refuerza las desigualdades del país'. ¡Basta ya! No saben ni quién es ese niño. Mayara Assunção, activista.
Pero más allá del debate en torno a la diferencia racial, también hay quienes ven en la foto la autenticidad de un niño que se sigue maravillando, frente a la indiferencia de los adultos que sólo se toman selfies.
La foto tiene más de 15 mil "likes" en Twitter y ha sido compartida casi 4 mil veces. El fotógrafo sólo ha dicho que no sabe de dónde era el niño ni si iba acompañado, pues incluso cuando le preguntó su nombre, el ruido no le permitió escucharlo.
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