En el pueblo Longyearbyen de Noruega está prohibido morirse. Existe una ley que obliga a sus habitantes a emigrar a otro lugar del país para poder fallecer, decreto que ha existido en la región desde 1950.
Longyearbyen se encuentra en la isla de Spitsbergen, en el archipiélago de Svalbard. Es el lugar más septentrional del planeta y está habitado por más de mil personas. Sus cementerios se encuentran prácticamente vacíos desde hace 68 años.
¿Por qué está prohibido morirse?
Las temperaturas de la comunidad son tan bajas que evitan que los cadáveres se descompongan. El frío puede alcanzar los 46 grados bajo cero lo que podría ocasionar que si alguien muere por una enfermedad contagiosa, el virus podría expandirse.
Cuando a un habitante se le diagnostica una enfermedad terminal, teme por su vida o sufrió algún accidente mortal, éste debe ser trasladado. La persona es enviada a Noruega occidental e incluso la ley permite a los familiares de los fallecidos cremar los cuerpos con la opción de esparcir sus cenizas en los alrededores de Longyearbyen, sin embargo, casi nadie lleva a cabo esta recomendación.
Si alguien llega a morir en el pueblo, su cuerpo emigra a otro sitio. También se traslada a las personas para que cumplan su etapa final porque la descomposición puede propagar enfermedades o atraer a los depredadores.
Así es la vida en Longyearbyen
- Las temperaturas alcanzan los 46 grados bajo cero y las máximas no superan los 18 grados.
- Durante cuatro meses no es de día, osea que tiene épocas de noches largas.
- Son muy comunes los osos polares e incluso se pueden ver a algunos transitar por los vecindarios.
- Los habitantes del pueblo pueden usar rifles en caso de que un oso represente peligro.
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