Tres horas antes de que el diario venezolano El Nacional vaya a imprenta, unos 20 periodistas trabajan frente a sus computadoras en una desolada sala de redacción.
Un afiche sobre la pared advierte a los empleados que no roben papel higiénico mientras que otro pide medicinas para la madre de un reportero, en una señal de que la escasez de productos básicos que ha obligado a millones de personas a abandonar Venezuela también impacta en el último diario nacional crítico al gobierno de Nicolás Maduro.
Imprimir el periódico se ha transformado en una lucha diaria, según los editores. Los controles cambiarios impuestos por el Gobierno de Venezuela han recortado las importaciones, lo que implica que el papel, la tinta y los equipamientos para la impresión son escasos.
Asimismo, el diario se encuentra en un momento potencialmente riesgoso tras una demanda del segundo hombre más poderoso del oficialismo, Diosdado Cabello, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, quien demandó a El Nacional en el 2015, luego de que publicara un artículo del diario español ABC, asegurando que era investigado en Estados Unidos por narcotráfico.
En la mira
Mientras que periódicos favorables al Gobierno pueden operar libremente en Venezuela, El Nacional suele encontrarse en la mira de las autoridades.
Los seguidores del presidente Nicolás Maduro han atacado al diario por su parcialidad, acusándolo de intentar precipitar su salida. El periódico lo niega y dice que está cubriendo la crisis en forma rigurosa.
El diario mantiene que el reporte publicado en el 2015 es correcto porque sólo dijo que Cabello era investigado. En mayo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo sancionó congelando sus activos e imponiendo una prohibición de viajar.
En junio, un tribunal de Caracas ordenó al periódico pagar a Cabello los mil millones de bolívares que exigió en su demanda del 2015. Debido a la hiperinflación, esa cantidad equivale hoy a entre 300 y 500 dólares.
Una sola página
En una entrevista telefónica, Miguel Henrique Otero, cuyo abuelo fundó el periódico hace 75 años, dijo desde Madrid que la publicidad en el sitio web de El Nacional genera ingresos en la valiosa divisa estadounidense, con lo cual pueden mantener la publicación.
Vamos a tratar de mantener el impreso hasta el final, hasta que sea una página, pero mantenerlo porque es simbólico", dijo.
Sin embargo, el diario enfrenta otros desafíos. Su personal equivale en la actualidad a una quinta parte de los 2 mil empleados (200 a 250 de ellos periodistas) que tenía hace casi 20 años.
Muchos de ellos se unen al éxodo de venezolanos que emigra cada semana, dijo la editora Patricia Spadaro al referirse a una diáspora que Naciones Unidas calcula en un millón de personas entre 2015 y 2017.
Semanalmente recibo renuncias de gente que no aguanta la crisis y se va", dijo Spadaro, rodeada de cubículos vacíos.
Sin papel
La falta de papel ha provocado la caída en la circulación de El Nacional a unas 20 mil copias, sólo una décima parte de lo que publicaba hace una década.
Spadaro dijo que la Corporación Editorial Alfredo Maneiro, la estatal que controla el papel, no le vende a El Nacional. El papel que utilizan actualmente proviene del Grupo de Diarios América (GDA), un consorcio creado en 1991 entre los mayores periódicos latinoamericanos, dijo Otero.
El gobierno ha tenido una política de asfixia con los medios independientes en Venezuela y la vía que encontró fue justamente la económica", puntualizó Spadaro.
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