La Organización Mundial de la Salud (OMS) recalcó que el uso del medicamento dexametasona sólo debe usarse en casos graves y complicados de infección por el nuevo coronavirus (COVID-19), y que su uso debe ser siempre bajo supervisión médica y no considerarse como un tratamiento preventivo.
Durante una conferencia de prensa, Mike Ryan, jefe del programa de emergencias de la OMS, dijo sobre la dexametasona que "es excepcionalmente importante en estos casos que la medicina se reserve para pacientes gravemente enfermos y críticos para que puedan beneficiarse".
¿Qué es la dexametasona?
La dexametasona es un esteroide que reduce en un tercio la mortalidad entre los pacientes más graves de COVID-19.
Se incluyó en la lista de Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS en múltiples formulaciones, y actualmente está fuera de patente; está disponible de forma asequible en la mayoría de los países.
Aunque puede ayudar a los pacientes críticos, el esteroide "no es un tratamiento para el virus en sí mismo", advirtieron los especialistas.
Ésta es una noticia muy bienvenida para aquellos pacientes con enfermedad grave. Este medicamento sólo debe usarse bajo estrecha supervisión clínica. Necesitamos más terapias que puedan usarse para combatir el virus, incluidos aquellos con síntomas más leves", agregó por su parte el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la Organización Mundial de la Salud.
Según los primeros hallazgos compartidos con la OMS, para pacientes con oxígeno sólo se demostró que el tratamiento reduce la mortalidad en aproximadamente un quinto, y para los pacientes que requieren un ventilador, la mortalidad se redujo en aproximadamente un tercio.
Sin embargo, se demostró que la dexametasona no tiene un efecto beneficioso para aquellos con enfermedad más leve que no necesitaba soporte respiratorio.