En la aldea de Kepuh, un vecindario de la provincia de Java, en Indonesia, aparecen unos "fantasmas" que desfilan por las calles para garantizar que los ciudadanos se queden en casa y no salgan a la vía pública. Con sus rondas como vigilantes pretenden que la gente obedezca la cuarentena que el país también ha decretado para detener los contagios de Covid-19.
Los "fantasmas" que patrullan las calles de esta provincia de Indonesia son parte de un grupo de voluntarios que se han puesto de acuerdo con las autoridades locales para usar el método de "asustar" a la personas, con la finalidad de que se queden en sus casas para protegerse de la pandemia del nuevo coronavirus (Orthocoronavirinae). Su presencia también es un guiño al folclore indonesio pues los "pocong" (fantasmas) representan las almas atrapadas de los muertos en nuestro mundo.
El elenco de "fantasmas" que circulan en plena cuarentena en Indonesia pretende promover el distanciamiento social equivalente a la permanencia en casa como medida para detener el crecimiento de casos confirmados de coronavirus. Los voluntarios que participan en esta iniciativa se pintan el rostro con polvo blanco y se cubren con mantas; su finalidad es lucir espeluznantes y aterradores.
La iniciativa de los "pocongs" en las calles comenzó a principios de abril y se hizo popular en las redes sociales. Los voluntarios que se caracterizan de estos fantasmas tardan unos diez minutos en prepararse antes de salir a las calles cantando o simplemente conversando entre ellos.
En Indonesia, el Covid-19 ha causado 459 muertes y contaminado a casi 5,000 personas. Los residentes de Kepuh aún desconocen cómo frenar la propagación de la enfermedad respiratoria por ello, les es difícil obedecer las instrucciones de quedarse en casa. Ellos quieren seguir con su vida normal es por eso que los "fantasmas" salen sorpresivamente a las calles uno o dos días a la semana para mantener el control.