Matt Colvin es un estadounidense que compró 17 mil 700 botellas de gel desinfectante que pretendía revender en internet, pero terminó por donar su acopio después de que su historia, publicada en los medios, generó indignación y llevó a la justicia a abrir investigación en el marco de la pandemia del coronavirus.
El joven Matt Colvin está acostumbrado a las ventas en plataformas en línea e intuyó rápidamente el buen negocio por florecer al comienzo de la pandemia del coronavirus en Estados Unidos (EU); él y su hermano Noah compraron lotes de gel y toallas desinfectantes en Tennessee y Kentucky para revender.
Negocio redondo
Matt Colvin ya había vendido parte de su mercancía en eBay y Amazon, consiguiendo una ganancia sustancial, cuando Amazon suspendió su cuenta advirtiéndole que la reventa de desinfectantes era ilegal por las circunstancias del coronavirus. Así que se encontró con un gran inventario parado.
La propagación del coronavirus provocó masivas compras de desinfectantes.
Muchas tiendas en todo el país han sufrido desabastecimiento.
Su historia de reventa de desinfectantes para el coronavirus, que contó el sábado el New York Times, enfureció a los lectores, usuarios de Internet y autoridades, en momentos en que el virus ha infectado a más de tres mil 700 personas en EU y mató al menos a 68 personas. En entrevista, el imputado acotó:
Nunca fue mi intención mantener suministros médicos esenciales fuera del alcance de las personas que los necesitaban.
Se frenó el negocio
El domingo, Matt Colvin donó dos tercios de su mercancía para que pudieran distribuirse gratuitamente en Tennessee, según el New York Times. Y tras perder su licencia de vendedor en eBay y Amazon, también se enfrenta a posibles demandas de los tribunales de Tennessee y Kentucky. Fiscales dijeron:
No toleraremos la especulación de precios en estos tiempos de necesidad excepcional y tomaremos decisiones firmes para evitarlo".
Al igual que otros estados de EU, Tennessee se declaró en "estado de emergencia" y prohíbe la venta o reventa a un precio excesivo de productos como alimentos, gasolina o equipos médicos, en lo que se incluyen los desinfectantes que Matt Colvin compró para aprovechar la pandemia del coronavirus.