La pandemia del nuevo coronavirus (Orthocoronavirinae) ha sido un detonante para algunas personas en las ciudades de Europa que iniciaron su etapa de desconfinamiento. Con tal de evitar la posibilidad de un contagio de la enfermedad en el transporte público, la gente ha optado por trasladarse en bicicleta, una tendencia que se ha disparado en el viejo continente.
París, Londres y Barcelona son algunas de las ciudades de Europa donde el uso de la bicicleta se ha disparado ante la crisis sanitaria del COVID-19. Ahora las filas en las tiendas de estos vehículos son numerosas, situación que se ha generado por la necesidad de moverse más evitando el contacto.
El riesgo de contagio de la enfermedad COVID-19, que golpeó muy duro al Reino Unido, hizo que los británicos eviten el transporte público, desde el abarrotado metro hasta los famosos autobuses rojos de dos plantas, para volver a pedalear. En Barcelona, el uso de carriles para bicicletas se ha cuadruplicado en hora pico, según Janet Sanz, responsable de urbanismo del ayuntamiento y París también registra un aumento en este tipo de movilidad debido a que es imposible respetar las medidas de seguridad en el metro.
Andre Wu, un londinense que se sumó a la tendencia tomó la decisión: "¡Me voy a comprar una bicicleta!" y junto con otros hace fila frente a una tienda que vende y repara este vehículo. En Brixton Cycle, el flujo de clientes no cesa:
Gente que vive en la periferia, o que siempre va al trabajo en bicicleta, nuevos ciclistas, gente con bicicletas que han estado en el armario por un tiempo", enumera el gerente Lincoln Romain.
En el Reino Unido, "millones de personas descubrieron el uso de la bicicleta durante la crisis, para hacer ejercicio o para mantener distancias seguras", afirma el ministro de Transporte, Grant Shapps.
El transporte público en Europa se adapta a la pandemia
El gobierno británico anunció un plan de urgencia de 250 millones de libras (305 millones de dólares, 280 millones de euros) para adaptar el transporte a la pandemia. Una parte se utilizará para crear carriles de bici temporales "en pocas semanas" o ampliar los ya existentes.
En la mayoría de las principales ciudades europeas se han puesto en marcha iniciativas similares, consideradas como un activo sanitario y ambiental:
- Bruselas, Berlín y Barcelona, por ejemplo, tienen previsto construir 40, 22 y 21 kilómetros de carriles adicionales respectivamente.
- En Francia, donde el gobierno ha anunciado un plan de 20 millones de euros, ciudades como París, Niza, Ruan, Lille y Nantes están siguiendo el ejemplo.
- Italia, el país europeo con más coches por habitante, está adoptando el ciclismo en proporciones que no se veían desde los difíciles años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
- En Austria, las ventas de bicicletas, especialmente las eléctricas, se han disparado desde la reapertura de los comercios a mediados de abril, al igual que las solicitudes de reparación.
- En el Reino Unido, según la Asociación de Comerciantes de Bicicletas, alrededor de 20.000 bicicletas "ya están vendidas o reservadas".
Esta repentina y elevada demanda está "ejerciendo una enorme presión sobre las tiendas". "Muchos de ellos dicen que trabajan hasta la noche para reparar las bicicletas de sus clientes a tiempo".