Chile ha recurrido a las nanopartículas de cobre y a la comprobada cualidad antiséptica de este metal que elimina bacterias, virus y hongos, para hacer frente a la escasez mundial de cubrebocas en la lucha contra el coronavirus (COVID-19).
- Las autoridades chilenas recomendaron usarlos en lugares públicos y decretaron su portación obligatoria a partir de este miércoles en todo el transporte público, en momentos en que el país suma 5 mil 546 infectados y 48 fallecidos a causa del coronavirus (Orthocoronavirinae)
Ante la escasez mundial de elementos de protección - sobre todo cubrebocas N-95, recomendadas para personal sanitario o quienes tengan contacto directo con contagiados- dos empresas chilenas desarrollaron mascarillas a las que le adicionaron partículas de cobre, el metal que ha demostrado ser el más eficiente para destruir bacterias y virus.
A diferencia del plástico o el acero inoxidable, donde el coronavirus (COVID-19) puede permanecer entre dos a tres días, o sobre cartón, donde sobrevive hasta 24 horas, en las superficies de cobre se desintegra en cuatro horas, de acuerdo a estudios realizados por las universidades de California, Los Angeles y Princeton.
- La empresa chilena Copper 3D desarrolló una mascarilla reutilizable, elaborada con un polímero especial al que se le inyectaron nanoparticulas de cobre.
Esta cuenta con tomas de aire laterales, un sistema de filtros que se remueven y puede ser fabricada en impresoras 3D.
Las nanoparticulas de cobre "destruyen los ácidos nucleicos del ADN de un virus o bacteria en un proceso muy rápido y de manera eficaz", explicaron los desarrolladores.
- El precio de los cubrebocas: la empresa liberó el diseño de esta mascarilla en internet, donde alcanzó más de siete millones de descargas en una semana, y ahora, busca financiamiento para fabricarla de forma masiva a un costo aproximado de 25 dólares cada una.