Ante el temor de una nueva oleada de contagios de la COVID-19 en China, autoridades de aquel país colocaron a sus alumnos un dispositivo electrónico que permite monitorear su estado de salud, y en caso de alguna anomalía poder actuar en la contención del coronavirus.
Después de que China, primera nación afectada por el nuevo coronavirus, cerrara todos sus colegios en enero y optara por las clases en línea, alumnos de Pekín volvieron este lunes a las escuelas pero tomando todas las medidas de prevención necesarias como el uso obligatorio de mascarilla, las medidas de distancia física y el control de temperatura. Por ello dotó a sus estudiantes de un brazalete electrónico que emite una alerta en caso de fiebre.
Estos brazaletes inteligentes proporcionan en tiempo real la temperatura de los alumnos, la cual puede ser monitoreada por los padres y centros educativos a través de una aplicación móvil, según informó un medio local.
En caso de temperatura anormal, es decir, superior a 37.2°, el brazalete envía una señal a los profesores quienes deben alertar a la policía.
Aunque este dispositivo aún se encuentra en fase de prueba en cinco distritos de la capital china, es un ejemplo de las nuevas tecnologías desarrolladas en China para intentar controlar a el virus que desató la actual pandemia, y que tan sólo en esa nación provocó que 83 mil personas contagiadas y 4 mil 633 muertos.
Actualmente China ha controlado la epidemia en su territorio, sin embargo, este lunes 17 nuevos casos, diez de origen local, se registraron en Wuhan, metrópolis colocada durante dos meses en cuarentena y donde el virus fue descubierto a fines del año pasado. De ahí que las autoridades teman un rebrote de contagios.
De estos nuevos casos locales, cinco se han registrado en el noreste del país, cerca de Rusia y de Corea del Norte. Por ello, la ciudad de Shulan, con unos 670 mil habitantes, fue puesta en cuarentena después de la detección de al menos 11 casos durante el fin de semana.