El alcalde de Nueva York Bill de Blasio levantó el domingo el toque de queda vigente en la ciudad durante casi una semana mientras las protestas antirracistas por el Caso George Floyd arreciaban allí y en todo Estados Unidos.
Ayer y en la última noche vimos lo mejor de nuestra ciudad", tuiteó de Blasio y anunció que el fin del toque de queda se hacía "efectivo inmediatamente".
La medida que regía entre las 8 de la noche y las 5 de la mañana del día siguiente se adoptó en la ciudad por primera vez en 75 años y cesó un día antes de la gradual "reapertura" económica tras más de dos meses de confinamiento contra el coronavirus.
Reapertura de la economía a meses del inicio de la pandemia
Esta semana Nueva York entrará en la fase uno del plan para reactivar la economía del estado que quedó paralizada por las medidas contra el coronavirus que causó la muerte de más de 21 mil personas en la ciudad más populosa.
La primera etapa de la reapertura permitirá la reanudación de las actividades de los sectores de manufactura y construcción. Los comercios tendrán acceso muy restringido.
El toque de queda fue extendido el 2 de junio y comenzaba más de 20 minutos antes de la caída del sol luego de que varias tiendas lujosas de Manhattan fueron saqueadas en medio de las protestas masivas contra la brutalidad policial".
El segundo fin de semana de protestas, desatadas por la muerte de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis, generó multitudinarias marchas que transcurrieron mayormente en forma pacífica.
Desafiaron toque de queda por protestas
Muchos manifestantes desafiaron el sábado el toque de queda en Nueva York pero fueron ignorados por la policía que en noches anteriores respondió agresivamente contra quienes lo transgredían.
En la pasada semana, las redes sociales mostraron imágenes de policías que arrestaron manifestantes, arrinconándolos e incluso golpeándolos con sus bastones.
Además de protestar contra el racismo, los manifestantes de Nueva York exigían cambiar leyes que protegen los antecedentes de los policías y recortar el presupuesto anual de 6 mil millones de dólares destinado a la fuerza.