En medio de la ya constante tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte vale la pena mirar atrás para entender por qué Norcorea odia a Estados Unidos o por lo menos le tiene mucho rencor.
Durante la guerra de Corea (1950-1953) Estados Unidos bombardeó indiscriminadamente por tres años territorio norcoreano. El exsecretario de Estado de Estados Unidos, Dean Rusk, definió los objetivos de los bombarderos con estas palabras: bombardeamos todo lo que se movía".
Los estrategas del Pentágono bautizaron la misión como Operación Estrangular (Operation Strangle, en inglés).
Fueron tres años de incesantes e indiscriminados ataques aéreos que arrasaron ciudades y aldeas en la república comunista, y causaron decenas de miles de muertos entre la población civil.
James Person, experto en política e historia coreanas del Centro Wilson de Washington, explicó a la BBC que esta es una página de la historia de su país no muy divulgada entre los estadounidenses:
"Como se produjo entre la Segunda Guerra Mundial y la tragedia de Vietnam, la mayoría del público estadounidense no conoce mucho de la Guerra de Corea". James Person
En Corea del Norte, sin embargo, no la olvidaron nunca. Su recuerdo sigue siendo una de las razones de la animadversión que impera en el país hacia Estados Unidos y el mundo capitalista...
Desde entonces, Pyongyang vio siempre a EU como una amenaza.
Era 1950 y las tropas estadounidenses, secundadas por una coalición internacional, combatían para rechazar la invasión en Corea del Sur por parte del Ejército del Norte.
Kim il-sung, abuelo del actual líder en Pyongyang, había lanzado a sus tropas contra el sur tras la feroz represión contra los simpatizantes comunistas por el régimen militar asentado en Seúl por Syngman Rhee.
Apoyado por Stalin en Moscú, Kim Il-sung libró contra sus vecinos meridionales y Estados Unidos el primer gran conflicto de la Guerra Fría.
En una primera fase de las hostilidades, el enorme poder aéreo estadounidense se había limitado a objetivos estratégicos, como bases militares y centros industriales, pero un factor inesperado lo cambió todo.
Pocos meses después del estallido de la guerra, China, temerosa del avance estadounidense hacia sus fronteras, había decidido implicarse para defender a su aliada Corea del Norte.
Los soldados estadounidenses empezaron a sufrir cada vez más bajas a causa de los ataques envolventes de las fuerzas armadas chinas, peor equipadas, pero mucho más numerosas.
Fue entonces cuando el general Douglas MacArthur, héroe de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, decidió empezar con su "política de tierra quemada" con bombardeos indiscriminados.? Desde ese momento, todas sus ciudades y aldeas comenzaron a recibir la visita diaria de los bombarderos B-29 y B-52 de EU y su mortífera carga de napalm.
Los daños
Las estimaciones de investigadores hablan de que en los tres años de guerra, cayeron 635 mil toneladas de bombas en Corea del Norte. De acuerdo con las cifras oficiales de Pyongyang, 5 mil escuelas, mil hospitales y 600 mil hogares fueron destruidos.
Resulta imposible confirmar la exactitud de las cifras, pero nadie niega la magnitud de la devastación.
De alguna manera, el legado de la guerra actúa como gasolina ideológica para el régimen de los Kim.
También es una de las razones que explican su insistencia en desarrollar un arsenal nuclear disuasorio pese a las reiteradas condenas internacionales.
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