Después de diez semanas de confinamiento, los habitantes de Madrid y Barcelona en España han vuelto a ocupar las terrazas de bares y restaurantes, así como los parques y playas, siguiendo las medidas de sanidad dictadas por las autoridades.
Éste lunes, el gobierno español permitió a estas dos ciudades entrar a la primera fase del desconfinamiento progresivo planteado, que ya había iniciado el resto del país.
En esta etapa se permite la apertura de las terrazas de los bares, los espacios de culto, museos y bibliotecas, manteniendo un aforo limitado y siguiendo las medidas de distancia segura y sanidad, para evitar contagios de la COVID-19.
En el caso de los bares y restaurantes, por ahora sólo pueden dar servicio en las terrazas y a grupos no mayores de 10 personas, manteniendo sus espacios interiores cerrados. Tal es el caso de la chocolatería San Ginés, famosa por sus churros con chocolate, que sólo opera con seis de las 13 mesas habituales, para garantizar la distancia de seguridad.
Por otra parte, en los parques ya fueron permitidos los paseos y en las playas las personas ya pueden bañarse en en las aguas del mar. El ministerio de salud recomendó limitar el número de bañistas, crear límites y espaciar las sombrillas a cuatro metros de distancia.
En cambio, en las regiones que empezaron el desconfinamiento hace dos semanas y se encuentran ya en la segunda fase de desescalada, las playas pueden abrir por motivos recreativos y los bares pueden utilizar sus espacios interiores.
Por ahora, todas estas actividades deben llevarse a cabo usando cubrebocas donde no sea posible mantener una distancia de dos metros
En la última semana, España consiguió contener la mortalidad de la epidemia por debajo de las cien defunciones diarias. Aun así, es uno de los países más castigados del mundo con más de 28 mil 700 fallecidos y unos 235 mil casos positivos de coronavirus.