El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó de "ridículas" las acusaciones de corrupción en su contra, al asistir al primer día de juicio en Jerusalén este domingo 24 de mayo; mismo que fue aplazado sin fecha de reanudación.
Durante la audiencia de una hora, los abogados del primer ministro israelí pidieron varios meses para estudiar los elementos de prueba, mientras que la fiscalía pidió que los testigos sean escuchados rápidamente.
Los tres jueces que llevan el juicio indicaron que estudiarán estas solicitudes y aplazaron la sesión sin fijar nuevas fechas para la reanudación de las audiencias.
Después de 17 meses de una crisis electoral, en la que se jugó su "supervivencia política", Netanyahu acudió al tribunal en una nueva batalla, esta vez judicial, para evitar la prisión y limpiar su reputación.
Al llegar al tribunal de distrito de Jerusalén, rodeado de varios ministros de su partido Likud, Netanyahu negó una vez más las acusaciones de corrupción, abuso de confianza y malversación de fondos, que pesan contra él, tachándolas de "ridículas".
Me presento ante ustedes con la espalda erguida y la cabeza alta. He pedido que todo sea retransmitido en directo para que el público pueda oírlo todo, y no a través del filtro de los periodistas del fiscal general", añadió Benjamin Netanyahu, acusando de parcialidad a una parte de la prensa israelí.
Antes de comenzar el proceso, seguidores de Benjamin Netanyahu se congregaron en los alrededores del tribunal, entre fuertes medidas de seguridad.
"Benjamin Netanyahu, el pueblo está contigo", gritaba un hombre, mientras una mujer enarbolaba una pancarta en la que se podía leer "Juicio Dreyfus 2020", en alusión a un polémico caso en el que se mezclaron errores judiciales, negación de la justicia y antisemitismo en Francia a principios del siglo XX.