El alpinista británico Robin Haynes Fisher advirtió sobre los peligros letales que desataría el caos más reciente en el Everest pocos días antes de morir durante su descenso de la montaña, después de haber cumplido con su anhelado deseo de llegar a la cima.
El montañista lanzó una alerta en las redes sociales sobre el hacinamiento en el llamado techo del mundo sin saber que fallecería poco después de un aparente mal de altura a 8 mil 600 metros mientras descendía de la cumbre el sábado 25 de mayo.
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Haynes publicó su advertencia en Instagram acompañada de un video en el que aparece intentando superar una de las zonas en la ascensión al lado de otro escalador.
Su denuncia la hizo a través de este texto:
He escalado el campamento 3 a 7 mil 500 metros pero la corriente que había cerca de la cima hizo que volviera a descender al campamento base después de dos días. Cerca de 100 escaladores lo intentaron en esos dos días, con la trágica muerte de dos personas....
Cerca de 700 personas se plantearán subir desde el martes 21 en adelante. Mi plan revisado, sujeto a la climatología que de momento parece prometedora, es volver a subir la montaña, dejar el campamento base el martes 21 a las 2:30 y si todo va bien y hay mucha suerte, llegar a la cima en la mañana del sábado 25...
Tengo la esperanza de evitar las multitudes en el día de la cumbre y parece que una serie de equipos están presionando para llegar a la cumbre el 21. Con una sola ruta a la cumbre, los retrasos causados por el hacinamiento podrían ser fatales, así que espero que mi decisión de ir el 25 signifique menos gente. A menos que, por supuesto, todos los demás jueguen el mismo juego de esperar", Robin Haynes Fisher, alpinista.
La pérdida de Robin formó parte de los 10 fallecimientos de montañistas que cimbraron al mundo la semana pasada. En la llamada "zona de la muerte", área que se debe transitar para llegar a la cima, se registró un embotellamiento histórico debido a una larga fila de personas que estaban atrapadas para cumplir con la meta.
El monte Everest tiene una altura de 8 mil 848 metros. En estos días se termina la temporada conocida como ventana de oportunidad, llamada así por las pocas semanas en las que las condiciones son menos extremas.