El pasado lunes 25 de mayo, un policía blanco asfixió hasta la muerte al afroamericano George Floyd en una ciudad de Minneapolis, Estados Unidos; esta escena de abuso policial reabrió la herida del racismo en el país, y ciudadanos de diversas entidades salieron a las calles al coro: "Sin justicia el Gobierno no tendrá paz".
A continuación, un recuento de otros casos de abuso policial contra afroamericanos en Estados Unidos que obligaron a personas de esa nación a exigir un fin al racismo.
Rodney Glen King
Rodney Glen King fue un taxista de California que estaba en libertad condicional en marzo de 1991 tras haber pagado una condena por robo en una tienda. En esa fecha, fue perseguido en auto por, supuestamente, manejar bajo efectos del alcohol. Fue brutalmente golpeado por policías, quienes, posteriormente, fueron exonerados de los cargos. Rodney Glen King murió en la piscina de su casa en 2012 tras una mezcla de varias drogas.
Walter Scott
Walter Scott fue detenido por un policía el 4 de abril de 2015 por una luz de su auto que no funcionaba; Scott decidió darse a la fuga y fue perseguido, previo a un altercado físico. El agente de Carolina del Sur, Michael Slager, le disparó en ocho ocasiones a plena luz del día cuando la víctima huía del lugar. Walter Scott no poseía ningún arma al momento de su asesinato.
Freddie Gray
Freddie Gray, de 25 años, fue acusado el 12 de abril de 2015 de portar una navaja en Baltimore; fue atacado por policías, los golpes le provocaron lesiones en su médula espinal, lo que lo llevó a padecer un coma cuando era transportado al departamento de policía, según las estimaciones de la autopsia. Seis policías se necesitaron para arrestarlo; los agentes fueron suspendidos con sueldo. Falleció seis días después del incidente.
Alton Sterling
Alton Sterling tenía 37 años y cinco hijos cuando el 5 de julio de 2016 fue golpeado y sometido por dos agentes que fueron solicitados luego de que el hombre, quien vendía discos, fuera acusado de infundir miedo con ayuda de una pistola entre transeúntes a fin de que le compraran sus productos en Luisiana. Declaraciones posteriores aseguraron que Alton Sterling no generaba problemas en el barrio, pero su muerte fue inevitable.