Al parecer no es suficiente para esta perro que su ser humano le alimente, recoja sus desechos y conduzca, pues no.
Esta perrita muy consentida, llamada Luna, exige un masaje en el vientre mientras sus chóferes humanos manejan.
Pero, honestamente, ¿quién podría decirle que no a esta adorable pata exigente?