Carlos Monsiváis fue conocido por su pluma crítica, su humor satírico y sarcástico, y por las agudas historias que escribió sobre la Ciudad de México, lugar en el que nació el 4 de mayo de 1938.
A 80 años de su natalicio, pocas cosas nuevas podrían decirse del gran cronista de la Ciudad de México. Sin embargo, hay cosas bien sabidas que permanecen en las sombras debido al propio contexto que le tocó vivir.
Su apoyo a las minorías
Monsiváis siempre fue defensor de las minorías y un auténtico revolucionario en todos los sentidos: apoyó el movimiento estudiantil del 68, el movimiento feminista en México, la atención del VIH y el respeto a la diversidad sexual.
Gran parte de su literatura se enfocó en ello y en criticar el conservadurismo de la sociedad en nuestro país. Muchos de sus escritos, ensayos, crónicas, artículos hacían patente la doble moral, la demagogia de los políticos, a quienes cuestionó fuertemente, y lo cerrado del pensamiento de los mexicanos.
Pese a que nunca rindió una declaración abiertamente sobre su homosexualidad, la escritora Marta Lamas señaló que nunca lo consideró necesario, pues era parte de su vida privada. Además de que su familia y seres cercanos, e incluso la comunidad LGBT, lo sabían.
"Él decía que era una cosa de discriminación, tener que hacer público algo que nadie hacía público, pero que nunca escondió. El veía que no tenía por qué dar una explicación o hacer explícito algo", dijo Lamas en una entrevista.
A través del clóset de cristal
En 2016, 6 años después de su muerte, el escritor Braulio Peralta reforzó la idea en su libro "El clóset de cristal", donde habla sobe la vida del ya mitificado Monsiváis y sus vivencias como parte de la comunidad gay.
A decir de Braulio, no era que el escritor nunca hubiera salido del clóset, sino que lo hizo a través de su literatura, como en "Escenas de pudor y liviandad", donde dedicó un capítulo a contar la historia del cantante Juan Gabriel, de quien también se decía era gay, y tampoco lo confirmó abiertamente.
En "Apocalipstick", uno de sus últimos libros de crónicas, el escritor también dejaba entrever sus declaraciones no dichas, sus manifiestos implícitos. El libro complica 30 ensayos en los que el autor indaga en el reordenamiento de la Ciudad de México y sus habitantes, tanto en lo cultural como en el pensamiento, y en cómo la ciudad se volvió la más open mind del país, donde la comunidad LGBT y el movimiento feminista tuvieron cabida con el matrimonio igualitario y la legalización del aborto, del que también fue un férreo defensor.
Una lucha desde la pluma
Mucho antes, en la época en la que ser gay era considerado como una enfermedad, Monsiváis colaboró en la redacción del Manifiesto en defensa de los homosexuales, que suscribieron otros escritores como José Emilio Pacheco, Juan Rulfo y Elena Poniatowska.
En 1978, impulsó el nacimiento del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria, uno de los primeros movimientos LGBT, quienes marcharon el 2 de octubre, diez años después de la matanza de Tlatelolco, junto con los estudiantes para defender sus derechos.
Finalmente, su homosexualidad se hizo patente en su funeral, cuando el músico Horacio Franco colocó la ya reconocida bandera de colores que caracteriza al movimiento LGBT sobre su féretro, gesto que también buscó reconocer la incansable lucha, desde la pluma, de Monsiváis por la comunidad gay.