El cantante Andrea Bocelli sufrió de COVID-19, pero de una forma leve, según reveló este martes el diario italiano La Repubblica, tras lo cual donó su plasma para la investigación científica.
El artista es uno de los casos positivos de coronavirus. El caso se remonta al 10 de marzo cuando realizó la prueba", escribe el diario que cita las declaraciones del mismo Bocelli a un grupo de periodistas después de haber donado su plasma a un hospital en Pisa (Toscana) para las investigaciones que realizan sobre el COVID-19.
Bocelli contó que padeció un poco de fiebre y que era prácticamente asintomático, por lo que contagió a su esposa y a sus dos hijos, quienes también presentaron síntomas leves.
La esposa también donó su plasma para la investigación médica, agregó.
Una de las posibilidades exploradas por los científicos para tratar a los pacientes afectados por COVID-19 es inyectarles el plasma de pacientes que han superado la enfermedad, ya que contiene anticuerpos potencialmente beneficiosos.
Dio concierto tras dar positivo de COVID-19
Un mes después de que le confirmaran que era positivo al coronavirus, el 12 de abril, Bocelli dio un concierto en el Duomo de Milán, la catedral gótica de la capital económica de Italia, ante una ciudad vacía y en luto por la pandemia.
Durante el concierto, organizado con ocasión de la Pascua, el artista cantó en solitario un programa que incluía música sagrada.
Bocelli ha participado en varias iniciativas de solidaridad, entre ellas el concierto por internet 'One world together at home', convocado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Lady Gaga.
Italia ha sido uno de los países más afectados por el coronavirus, que ha causado la muerte en casi tres meses de más de 32.000 personas, según el último informe oficial.
Reabren comercios y centros turísticos de Italia
Desde el pasado 18 de mayo, Italia le dijo adiós al confinamiento por el nuevo coronavirus (COVID-19) tras llegar a un acuerdo con el Gobierno para reabrir casi por completo sus actividades comerciales.
Desde ese día los comercios, las playas, los restaurantes, los hoteles, las peluquerías, los centros de belleza, así como los centros religiosos y turísticos, fueron abiertos, aunque con algunas condiciones.