El piloto boliviano, Miguel Quiroga, quien era el responsable de la tripulación del avión de la aerolínea Lamia que trasladaba al club brasileño, Chapecoense, así como algunos invitados y periodistas a Colombia, donde fallecieron 71 personas, estaba siendo procesado en su país, ya que había una orden de arresto en su contra por haber abandonado la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), informó el Gobierno de la Paz.
"El capitán Quiroga, que fue piloto del avión que se accidentó, tenía un juicio con la Fuerza Aérea Boliviana, incluso contaba con un mandamiento de apremio", explicó el ministro boliviano de Defensa, Reymi Ferreira, según la agencia estatal ABI.
Quiroga junto a otros cuatro militares que abandonaron la entidad estaban siendo procesados, aunque habían evitado ser detenidos porque presentaron recursos legales de amparo constitucional.
"Ellos recibieron una formación profesional, en la que el Estado invierte (...) y, de pronto, a media carrera en lugar de cumplir con el acuerdo y volcar esos conocimientos y destrezas a favor de la FAB y el Estado prefieren renunciar", explicó Ferreira.
El ministro explicó que los pilotos militares tienen el compromiso de no retirarse una vez que comienza su formación, pues sólo pueden hacerlo después de dos años de servicio militar estipulado o por alguna causa que lo amerite, y donde sus razones no eran válidas.