El 3 de mayo del 2016, el mundo deportivo perdió a una leyenda. Se anunció que el boxeador más grande de todos los tiempos, Muhammad Ali, había perdido la pelea contra la enfermedad del Parkinson con problemas respiratorios, contra la que luchó durante los últimos 30 años de su vida.
El nacido Cassius Clay fue una inspiración no solo por su tricampeonato mundial o el oro en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, sino porque se convirtió en un estandarte contra el racismo en Estados Unidos, razón por la que te recordamos sus frases más irreverentes dentro y fuera del ring.
"Flotar como mariposa, picar como abeja. Tus manos no le pueden pegar lo que tus ojos no ven".
"Soy el más grande, porque lo dije incluso antes de que supiera que lo era".