Aumento a salario mínimo sólo beneficiaría a 4 de cada 10: Inegi
Seis de cada 10 personas carecen de trabajo formal.
El director general adjunto del Inegi, Gerardo Leyva Vargas, dijo que ganar bien hará que la gente esté mejor, pero las propuestas de aumento al salario mínimo de las instancias de los gobiernos de la Ciudad de México y federal sólo beneficiarían a cuatro de cada 10 mexicanos.
Entrevistado en el marco del Congreso Nacional de Programas Sociales Innovadores en el Mejoramiento de la Calidad de Vida y Sentido Social, dijo que la población económicamente activa de México está por arriba de los 50 millones de personas.
De ellas, agregó, seis de cada 10 carecen de trabajo formal, por tanto no tienen un salario mínimo, “ellos están fuera del control, al margen de la ley en términos de cuánto van a ganar, ahí se cotiza exclusivamente por el mercado”.
La mayor parte de las personas que tienen ingresos muy bajos y que ganan alrededor de un salario mínimo están fuera de la actividad formal, explicó, y de los que están dentro es un conjunto relativamente pequeño de personas quienes están recibiendo un nivel de ingresos que se podrían beneficiar con el aumento al mínimo que se propone.
En el congreso, organizado por el gobierno de Guanajuato, expuso que “las autoridades correspondientes tendrán que decidir de qué tamaño es el aumento”.
En su exposición sobre la satisfacción y balance de vida según la Encuesta de Bienestar Subjetiva del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dijo que los mexicanos siguen siendo felices a pesar de la inseguridad y falta de empleo.
No obstante, el especialista especificó que las personas que sufren de inseguridad de manera directa son menos felices de que quienes tienen la misma situación económica o social, pero no sufren de inseguridad.
Asimismo, mostró en las estadísticas que aunque en promedio los mexicanos “tenemos niveles de satisfacción con la vida relativamente elevados, el hecho de estar en los grupos de menor ingreso implica una desventaja en términos de felicidad”.
En ese sentido, planteó que “los más pobres son, en general, menos felices que los más ricos, tener dinero importa”, pero la felicidad es importante por sí misma no sólo por el impacto que tienen en ella la situación económica.