Robot canino se queda sin "veterinarios"
Los Aibo revolucionaron el concepto de robot doméstico.
Siete años después de que se dejara de fabricar el mítico Aibo, el perro robot que la compañía japonesa Sony lanzó en 1999, se ve cercano al apagón tecnológico por la falta de piezas de repuesto y de personas capaces de repararlos.
En marzo de este año, la compañía nipona cesó la recepción de solicitudes de reparación de su mascota más conocida, un modelo autómata con la forma de un perro capaz de ladrar, identificar la cara de su dueño y desarrollar un carácter propio en función de las interacciones con sus propietarios y con el entorno.
Con el fin de prolongar la vida de sus cachorros, los amos de los Aibo abrieron una página en internet en la que intercambian información para poder repararlos, e incluso un grupo de ingenieros jubilados de Aibo fundaron una empresa para mantenerlos a punto.
Originalmente concebidos en 1993 como parte de un proyecto de investigación, los Aibo revolucionaron el concepto de robot doméstico, y aunque la compañía nunca tuvo la intención de producirlos en masa, llegaron a comercializar tres modelos distintos, cada cual más sofisticado, con un precio de alrededor de 2 mil dólares.
Catalogado como electrodoméstico, las piezas de repuesto de los canes son por ello limitadas, y ahora las 150 mil unidades que la empresa vendió durante siete años tienen que buscar vías de saneamiento alternativas por la falta de "veterinarios" calificados.
Los dueños están "preocupados" por sus compañeros robóticos e "impactados", porque nunca imaginaron que un robot pudiera "morir", y ahora tienen que hacer frente a esa realidad.