Gobierno brasileño anuncia recorte y prevé contracción del 1.2%
El Gobierno brasileño anunció hoy un recorte de 69 mil 946 millones de reales (23 mil 315 millones de dólares) en el gasto público para este año y pronosticó que la economía del país se contraerá este año 1.2%, superior al 0.9% que preveía hasta ahora.
El ministro de Planificación, Nelson Barbosa, también admitió en una rueda de prensa que la inflación este año deberá cerrar en torno a un 8.26%, pese a que el Gobierno trabajaba con una meta del 4.5%, y una previsión máxima tolerable del 6.5%.
Precisó además que el Gobierno ha trazado una meta de superávit primario equivalente al 1.1% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que representaría un ahorro de unos 63 mil 300 millones de reales (21 mil 100 millones de dólares).
Barbosa explicó que el recorte de gastos se hace "imprescindible" frente a las previsiones de crecimiento negativo, pero aseguró que el esfuerzo fiscal permitirá que la economía comience a mostrar una recuperación en el segundo semestre de este año.
Según el ministro, "todas las áreas del Gobierno contribuirán con el recorte", de los que sólo se librarán los programas sociales que atienden a la población más pobre, que consumen cerca del 0.5% del PIB y han sido declarados "prioritarios".
No obstante, indicó que el mayor recorte, que será equivalente a casi un tercio del total de ahorro propuesto, afectará a un plan de construcción de obras de infraestructura, de las cuales muchas serán ofrecidas en concesión al sector privado a fin de no paralizar esos proyectos, que se concentran en carreteras, puertos y aeropuertos.
El recorte forma parte de un plan de ajuste fiscal que incluye otra serie de medidas para aumentar la recaudación, en especial mediante un aumento de la carga tributaria, pero que aún dependen de la aprobación del Congreso.
Tanto la contracción como la inflación ahora previstas para este año por el Gobierno están alineadas con los cálculos de economistas del sector privado, que han alertado en los últimos meses de que la economía brasileña se encuentra el borde de una recesión.