Drone Mesi, pesadilla de evasores argentinos
Detecta mansiones, piscinas o campos que la gente adinerada oculta al fisco.
El sistema Mesi, con una sola 's', no mete goles pero usa un drone cuya misión es detectar mansiones, piscinas o campos que gente adinerada oculta al fisco para evadir impuestos en Argentina.
Su nombre completo, difícil y aburrido, es Monitoreo Estratégico Satelital Integrado (Mesi), sin parentesco con Lionel Messi, la superestrella del FC Barcelona, aunque el sistema nada tiene que envidiarle en eficacia.
"El drone descubre cada centímetro de casas sin declarar mientras vuela sobre un country", cuenta Miguel Ángel Tous, segundos antes de lanzar al aire al drone del ente recaudador de tributos sobre un enorme barrio privado en la periferia de la capital, a 15 kilómetros al sur de Buenos Aires.
El aparato de 40 mil dólares funciona con tecnología suiza adaptada por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) para operar hasta dos mil metros de altura sobre el blanco.
El drone gris oscuro con vivos amarillos, de escaso metro y medio de largo y 650 gramos de peso, es como un Gran Hermano que espía al country, como llaman a estas urbanizaciones cerradas a las afueras de las ciudades.
El aparato describe unos círculos de estudio a unos 30 metros de altura y se dirige como una flecha hacia el objetivo.
"Opera con autonomía. Se le carga un software para que saque miles de fotografías y vuelve solo", explica Iván Budassi, un abogado que dirige al ente recaudador de la provincia de Buenos Aires (centro-este), la más poblada de Argentina.
Al liviano drone de plástico poliestiereno se lo pierde de vista mientras cumple su objetivo y al rato reaparece como un obediente pájaro negro. Aterriza.