Brasil y México buscarán aumentar inversiones millonarias
Brasil y México buscarán ampliar el comercio bilateral durante la visita de la presidenta brasileña Dilma Rousseff el 25 y 26 de mayo, sobre todo a través de un acuerdo para estimular inversiones, dijeron el viernes las cancillerías de ambos países.
El subsecretario brasileño para América del Sur, Central y el Caribe, Antonio Ferreira Simoes, dijo que Rousseff y su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto firmarán acuerdos sobre servicios aéreos, cooperación turística y un tercero sobre el sector de inversiones, en momentos en que las economías de ambas potencias latinoamericanas han decaído.
Según Simoes, Brasil ya ha recibido 23 mil millones de dólares en inversiones del país de América del Norte en áreas como producción industrial, alimentos, bebidas y telecomunicaciones, mientras que el flujo contrario es sólo de dos mil millones.
Pero hay otras dos grandes iniciativas brasileñas, dijo Simoes: el polo petroquímico en Veracruz Etileno XXI, por casi 5 mil millones de dólares, y un complejo siderúrgico en Hidalgo, por 600 millones de dólares.
Durante la visita de Rousseff habrá también un encuentro empresarial y está previsto que la presidenta tenga una sesión solemne en el Congreso mexicano.
En México, la subsecretaria (viceministra) de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, Vanessa Rubio, señaló que la visita servirá para que ambos países sigan "trabajando juntos por liberalizar el comercio".
A inicios de mes, el secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, mencionó la posibilidad de que la ampliación de los acuerdos comerciales entre ambas potencias pueda concluir con la firma de un tratado de libre comercio.
Simoes no mencionó ese asunto este viernes en Brasilia.
El foco "es el aumento comercial y la integración productiva", señaló el funcionario brasileño, y citó un estudio de una asociación de industriales brasileños que apunta que un 50% de los empresarios se queja de los problemas tarifarios que existen con México.
La visita de Rousseff ocurre poco después que Brasil y México renovaran una restricción para el intercambio bilateral de automóviles. Firmado en 2012 y renovado en marzo, el acuerdo vigente frena la entrada a Brasil de automóviles mexicanos, significativamente más baratos que los brasileños. En el pacto, Brasil impuso tarifas de 35% a los automóviles mexicanos.