Vecinos se autoprotegen de robos en Los Cabos
Los saqueos a comercios y domicilios se registraron tras el paso del huracán “Odile”
Una bocina de aire y un “walkie-talkie” son el equipo de defensa con el que Antonio Lucero, un apacible estadounidense de 76 años de edad, hace guardia frente a su comunidad del devastado balneario mexicano de Los Cabos, en Baja California Sur, donde residentes extranjeros se organizaron para protegerse de ladrones.
Los violentos saqueos de tiendas y supermercados que se registraron la semana pasada tras el paso del potente huracán “Odile” hicieron saltar las alarmas de muchos vecinos de este ícono turístico mexicano -muy apreciado por los estadounidenses- que lleva siete días sin luz, agua y señal telefónica y con centenares de viviendas y hoteles destrozados.
“No me siento amenazado, pero sí vulnerable. La misma mentalidad de saquear tiendas podría trasladarse a tu casa y aquí no tenemos ningún tipo de protección”, asegura a Lucero, de barba blanca y grandes lentes correctores, durante su turno de vigilancia con otro vecino en su aislada comunidad residencial de Los Cabos (238 mil habitantes).
A pesar de que el gobierno reforzó con ocho mil policías y militares la zona y que la psicosis y el caos inicial quedaron atrás, algunos habitantes que se quedaron en el balneario siguen sintiéndose inseguros, con las ventanas y puertas de sus casas rotas y sin posibilidad de llamar a la policía.
En la comunidad de Antonio, donde la mayor parte de los vecinos son estadounidenses y no hay guardia de seguridad ni vallas protectoras, decidieron vigilar 24 horas bajo instrucciones claras: se bloquea la entrada con camionetas, no puede entrar nadie que no haya sido previamente anunciado por un vecino, se deben anotar todos los datos del visitante y, en caso de asalto, hay que dar tres bocinazos.