Reformas al juicio de amparo, impensables sin Manuel Crescencio Rejón
Hace 165 años murió el creador de la mejor herramienta de defensa del ciudadano.
En la actualidad, en México los ciudadanos se pueden defender de actos de autoridad que consideren violan sus garantías individuales gracias al amparo, herramienta que existe desde 1841 pero que ha sido reformada y modernizada.
El creador del amparo es Manuel Crescencio García Rejón y Alcalá, quien nació el 23 de agosto de 1799 en el poblado de Bolotenchicul, Yucatán, y estudió filosofía para posteriormente desarrollarse como jurista y político.
En 1822 fue elegido como diputado del Congreso General Constituyente, cargo desde el cual propuso entre otras cosas que la pena de muerte fuera abolida en México, por ser contraria a la humanidad y por principios éticos.
En la Memoria Política de México se destaca su influencia en la elaboración de la Constitución Federal de 1824, en especial con la redacción de un artículo que pretendía limitar el poder de la autoridad para registrar papeles y bienes de los ciudadanos, lo que fue considerado como un antecedente del amparo.
Varios años después y desde su natal Yucatán, en ese entonces separado de México, Manuel Crescencio Rejón presentó un proyecto de Constitución para ese territorio en el que planteaba el establecimiento del Juicio de Amparo. En él planteaba la protección de todo individuo frente a actos inconstitucionales de cualquier instancia de gobierno: federal, local o de sus ramas ejecutiva o legislativa, detalla Miguel Soto en la obra “Entre los principios jurídicos y los compromisos jurídicos: Manuel Crescencio Rejón y Mariano Otero”.
Dicha Constitución entró en vigor en mayo de 1841. Rejón regresó a México y en 1843 fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Antonio López de Santa Anna; firme opositor a la independencia de Texas y su anexión a Estados Unidos, dos veces diputado, falleció en la ciudad de México el 6 de octubre de 1849.
El reconocimiento de Rejón como padre del juicio de amparo es cuestionado por algunos tratadistas del derecho constitucional que dan ese nombramiento a Mariano Otero, quien logró que ese derecho fuera incluido en el Acta de Reformas de 1847, de corte federal.
Sin embargo, la mayoría destaca el papel fundamental del yucateco en la creación de dicha herramienta, primero a nivel estatal y luego con su participación como diputado del Congreso.
De igual forma, señalan que su planteamiento extiende esa protección no sólo contra actos irregulares de autoridades, sino incluso contra leyes. Así se establece en el artículo 101 de la Constitución de 1957, que se recogió en la Carta Magna de 1917.
En su honor fue erigida una estatua en la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mientras que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de Mérida lleva el nombre de Manuel Crescencio Rejón.