Padre de menor muerto por negligencia médica exige justicia
También pidió la remuneración simbólica de un peso y una disculpa pública del IMSS.
Sergio Valente, padre del menor Roberto Gallardo, quien murió el pasado 10 de enero de 2010 en el Centro Médico Nacional Occidente, en Guadalajara, por presunta negligencia médica, y que desató la conformación del movimiento #yosoy17, solicitó a las autoridades del IMSS una disculpa pública, justicia para su hijo, y la remuneración simbólica de un peso, ya que afirma, no le interesa el dinero. Solo busca que los 16 médicos que no atendieron debidamente a su hijo, sean castigados.
En conferencia de prensa en el centro de la ciudad de México, el también abogado, insistió en que su interés no es satanizar a los médicos ni recibir alguna remuneración económica.
Dijo que lo importante es marcar un precedente para que no vuelvan a suceder casos de negligencia médica. Informó que su hijo ingresó al hospital el 15 de noviembre de 2009, por el diagnóstico de bronquitis asmática severa.
Después de 55 días en terapia intensiva y seis intervenciones su hijo murió bajo el diagnóstico de choque séptico refractario, sin embargo, la necropsia reveló que la causa de la muerte fue tuberculosis abdominal, enfermedad que es totalmente curable bajo el diagnóstico y tratamiento adecuado.
“Yo no quiero satanizar al gremio médico, simplemente me tocaron los malos. Es como cuando comer un plato de frijoles y te sale un piedrita y esa te lastima pues así nos lastimó a mi familia y a mí. Mi prioridad no es el dinero. Yo lo que quiero marcar es un precedente que beneficie a miles de niños de México que son derechohabientes del IMMSS. Quiero jalarles las orejas”, dijo Sergio Valente.
Luego de 4 años y seis meses de lucha jurídica, informó que fue amenazado vía telefónica, en donde le advirtieron que si no ponía alto a sus denuncias, “lo iban a matar”. En seguida insistió a las autoridades que los responsables sean castigados.
También calificó al movimiento #yosoy17 como una cortina de humo, en la que hubo “acarreados” y otros médicos aprovecharon la oportunidad para expresar falta de insumos y herramientas para desempeñar su trabajo adecuadamente.