CNDH denuncia mafias y abusos en cárceles de mujeres
El organismo analizó las condiciones de 77 de las 102 prisiones del país que albergan a un total de 12 mil 690 mujeres.
Las cárceles de mujeres en México son reinos paralelos gobernados por mafias donde se abusa, se extorsiona e incluso se prostituye a las presas que mayoritariamente viven hacinadas, con grandes carencias de higiene y alimentación, entre violaciones constantes de sus derechos, aseguró un informe divulgado este domingo por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
El organismo analizó las condiciones de 77 de las 102 prisiones del país que albergan a un total de 12 mil 690 mujeres.
La Comisión urge a corregir los problemas que hacen que la discriminación de la mujer se agrave en las cárceles, ya que en 65 de los centros ellas tienen carencias que los hombres no tienen, y denuncia que parte de estas violaciones e irregularidades ya fueron resaltadas en un documento de 2013, pero no se solucionaron.
El informe subraya deficiencias en la alimentación y la higiene, en el acceso al servicio médico o la atención a los niños, pero también problemas de malos tratos, abusos sexuales y cobros por seguridad por parte de "gobiernos paralelos" que en ocasiones son dirigidos por hombres presos en la parte masculina del reclusorio y vinculados con el crimen organizado.
Así, mientras unas mujeres de 51 centros viven hacinadas, duermen en el suelo entre cucarachas, chiches y ratas, y en otras 20 prisiones son obligadas a prostituirse, otras reclusas -muchas veces en esas mismas prisiones- tienen celdas privadas con televisiones de plasma, microondas, refrigeradores y teléfonos celulares.
Los centros que mayores irregularidades presentan son los de Guerrero, seguidos del estado de México, Puebla, Sinaloa, Michoacán y Oaxaca pero los problemas se repiten de norte a sur del país.
Al igual que en otras ocasiones, se denunció en las cárceles de hombres, quien realmente manda tras las rejas de 38 prisiones no es la autoridad sino los internos, asegura el informe. De hecho, en muchos de los reclusorios las presas tienen el candado de sus propias puertas y hay una sola agente de seguridad en cada turno.
De ahí que la Comisión señale el "autogobierno" como uno de los principales problemas que conlleva los cobros de extorsiones, el pago por "garantizar su integridad física", la administración de los servicios supuestamente gratuitos y la asignación de privilegios.
Estas mafias controlan y venden los espacios, ejecutan castigos -como determinar el aislamiento hasta por 30 días-, deciden quien participa y quien no de las actividades de reinserción, quién puede o no recibir una visita familiar o conyugal, y hasta el control de las llamadas por teléfono.
La Comisión indicó que incluso fueron estas líderes quienes acompañaron a su personal durante las visitas y las entrevistas a las internas.