Uso de nuevas tecnologías, reto para maestros tradicionales
Introducción de IPads y computadoras al sistema educativo retos del sistema educativo.
La introducción de IPads y computadoras al sistema educativo, entre otros avances tecnológicos, son algunos de los principales retos que enfrentan los maestros con más de 30 años de servicio.
La maestra Isabel Rodríguez Mendoza, quien desde hace más de 30 años decidió dedicar su vida a la enseñanza de la historia, las ciencias naturales y sociales, español, las matemáticas y civismo, reconoce que enfrentan desafíos tecnológicos.
Rodríguez Mendoza cumple con su trabajo sin importar las inclemencias del tiempo, la falta de infraestructura, los factores de inseguridad y en ocasiones la falta de un salario, recibió de manos del gobernador, Egidio Torre, junto a 400 maestros más, un reconocimiento a su trayectoria y a su labor.
Contenta y sonriente, dijo sentirse orgullosa de su profesión, aunque reconoció que en los últimos años ha tenido que enfrentar una serie de cambios, debido a los nuevos programas educativos que incluyen los avances tecnológicos más recientes.
Actualmente, se desempeña como maestra de tercer grado en la escuela “Ford 16” en esta localidad, donde durante los últimos años, los niños han sido testigos de su adaptación a los nuevos métodos y tecnologías.
Sin oponerse a los nuevos métodos educativos, la profesora refiere que a través de diversos programas y tecnologías, se busca enseñar a los niños y adolescentes, pero reconoció que aún con estos avances, en ocasiones resultan más exitosos algunos sistemas utilizados en el pasado.
A pesar de que ahora se ha modificado y modernizado mucho la educación, algunos métodos viejitos resultan más prácticos y eficientes”, remarcó.
Recordó con añoranza el uso del pizarrón verde, el gis blanco y el borrador, instrumentos indispensables para el trabajo diario de los maestros, mismos que ahora han sido sustituidos por una pizarra eléctrica, plumón digital, proyectores, computadoras y una serie de ligas o enlaces electrónicos.
Contamos con muchos avances, pero desafortunadamente, aquellas colonias alejadas, ubicadas en la periferia de las ciudades, en las comunidades, rancherías y poblados pequeños, no tienen la manera de incorporarse a estos cambios y ahí se registran bajos niveles de aprovechamiento”, dijo.
Añadió “a mi manera muy personal, pienso que sí les afecta no utilizar la mente a los niños, ya que ahora todo lo resuelven utilizando calculadora, computadora, Internet, entre otros, pues hasta las obras literarias las agarran ya editadas”.
Destacó que no sólo ha cambiado la metodología de la enseñanza, sino también la vida social, pues ahora, un alto porcentaje de padres y madres laboran para poder solventar los gastos económicos del hogar, situación que ha propiciado un “abandono” del estudiante.
Refirió que al trabajar ambos padres, no hay quien supervise el trabajo, estudio o tareas de los niños y estos atrasan su aprendizaje.
Algunos padres de familia son un poco injustos, pues dejan caer la responsabilidad de la educación de sus hijos a los maestros, no se dan cuenta que para que un niño sea exitoso requiere el apoyo académico, pero también de los padres de familia, es un trabajo de tres, alumno, maestro y padres”, expresó.
Reconoció que el constante uso de la tecnología, limita a los niños y jóvenes a leer, estudiar y resolver algunas cosas por ellos mismos, “en la actualidad nadie lee obras literarias como las de Juan Rulfo o Julio Verne, libros obligados a leer durante la niñez, ahora ni siquiera saben quiénes son estos escritores”.
Se pronunció a favor de más infraestructura en los diversos planteles de esta entidad, a fin de poder estar a la par del avance tecnológico, pues calificó de irónico el hecho de que muchos libros de texto marcan algunos links y en algunas escuelas ni siquiera cuenta con energía eléctrica.
Asimismo, para la maestra Isabel Rodríguez, los cambios sociales han dejado una serie de beneficios, pero también de retroceso en algunas áreas como la disciplina, el respeto, los valores, entre otros.
“Anteriormente, los maestros podíamos castigar a los alumnos que no querían trabajar, que eran groseros, que buscaban pleito a sus compañeros que nos faltaban al respeto, con sólo dejarlos un día sin recreo, encargarles más tarea o pararlos en un rincón”, relató.
Subrayó que “era suficiente y el menor seguía por un buen camino y ahora, ni los padres de familia les pueden llamar la atención”.
Puntualizó que a pesar de los nuevos retos tecnológicos y de los cambios sociales que registra la educación, continuará trabajando en la docencia, haciendo lo que más le gusta: enseñar a los niños las matemáticas, español, civismo, ciencias naturales y sociales, entre otras materias.