Recomendables, cuatro abrazos al día para sobrevivir y 12 para crecer
Esta práctica aminora la tensión y la ansiedad, además fortalece el sistema inmunológico.
Los efectos producidos por un abrazo pueden resultar de gran utilidad para contrarrestar la depresión, el estrés y la falta de autoestima ocasionados por los problemas de la vida moderna, y que pueden repercutir con efecto negativo en la salud física y emocional de quienes los padecen.
La abrazoterapia, como comúnmente se le llama, es una práctica alternativa destinada a mejorar el estado físico y psicológico de las personas mediante el contacto corporal, y el propósito es generar una sensación de bienestar con múltiples beneficios para la salud.
“La estimulación por contacto es necesaria para nuestro bienestar tanto físico como emocional, aunque para algunos suele representar un conflicto debido a su formación o educación”, expuso María Teresa González Clemente, terapeuta adscrita a la Asociación Mexicana para la Superación Integral de la Familia (AMSIF).
Cuando nace un bebé, recordó la terapeuta de esa Asociación Civil, los doctores tienden a colocarlo sobre el corazón y los brazos de la madre, un vínculo afectivo muy importante porque repercute de manera positiva “al ayudarlo y darle amor para calmar la angustia y el llanto”. Más que palabras de aliento en momentos difíciles, al intercambiar abrazos en momentos difíciles “las personas son más susceptibles a despertar al niño que llevan dentro”, explicó.
Esto ocurre con la abrazoterapia, pues el abrazo es capaz de hacer sentir mejor y reconfortar a cualquiera e incluso de sensibilizar al más hermético. “Sin embargo, nuestro cuerpo está tan acostumbrado al maltrato y a somatizar las emociones que nos negamos a emplear sus beneficios”, expuso.
Es tan bueno, aseguró, que diversos estudios han demostrado el efecto positivo de dar y recibir un abrazo, pues el organismo libera ciertos neurotransmisores como la dopamina, la oxitocina y la endorfina, sustancias responsables de mitigar el dolor y producir una sensación de bienestar.
González Clemente apuntó que: “Abrazar es una práctica acertada que además de aminorar la tensión y la ansiedad, fortalece el sistema inmunológico y puede servir como medio complementario al tratamiento convencional de diversas enfermedades”.
La abrazoterapia incluye ejercicios de relajación, concentración y respiración, que pocas veces se hacen e incluso “desconocemos como realizarlos, después sólo requiere estirar los brazos y rodear el cuello o la cintura de quien espera recibirlo”, explicó sintetizó González Clemente, quien estudia la maestría en Desarrollo Humano Multidimensional en Universidad Itaca.
La terapia facilita descubrir los diversos tipos de abrazos: de oso, de mejilla, de corazón, de sándwich y de costado, por mencionar algunos; y con la práctica, identificar las necesidades de afecto o diversión de cada persona. Así, de acuerdo con los expertos en abrazoterapia, los seres humanos necesitan cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho para mantenerse y 12 para crecer.