México extraerá los restos de Naia
El esqueleto encontrado tiene 13 mil años de edad.
Autoridades mexicanas anunciaron el lunes que planean extraer a partir de este año los restos de Naia, una chica de 15 o 16 años que cayó en una cueva en México hace casi 13 mil años y que ha dado nuevas pistas sobre los orígenes de los primeros habitantes del continente americano.
Científicos dieron a conocer la semana pasada en la revista Science el hallazgo en una cueva hundida de los restos de la joven, nombrada Naia por una ninfa acuática de la mitología griega y que, según los análisis, refuerza la idea de que los primeros pobladores americanos llegaron de Asia a través del estrecho de Bering en el extremo norte del continente.
Pilar Luna, codirectora del proyecto y subdirectora de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, dijo a corresponsales extranjeros que para el estudio publicado en Science sólo se extrajeron un molar y un fragmento de costilla de la joven, sin embargo ahora el plan es sacar de la cueva sumergida todo el esqueleto.
Una vez que se extraigan, dijo que los restos serán sometidos a un proceso de conservación y luego exhibidos en un lugar y fecha aún por definir, aunque posiblemente sea en el mismo estado mexicano de Quintana Roo donde se localiza la cueva.
"Vamos a extraer por lo pronto a Naia", dijo Luna.
"Creo que vamos a avanzar mucho este año", añadió la experta, quien explicó que hasta ahora sólo un grupo de seis buzos —bajo instrucciones de científicos— ha entrado a la cueva.
Los restos de la joven fueron fechados con una antigüedad de entre 12 y 13 mil años.
El esqueleto casi completo fue descubierto por casualidad en 2007 por buzos expertos que estaban cartografiando cuevas subterráneas al norte de Tulum, en la parte oriental de la Península de Yucatán. Un día, se toparon con una enorme cámara subterránea profunda, a la que llamaron "Hoyo Negro".
En el lugar también localizaron huesos de animales.
Luna dijo que hasta ahora se han logrado ubicar restos de 26 mamíferos de 11 especies distintas, incluidos de tigre dientes de sable, tapir gigante y oso, aunque aún falta que se realicen estudios específicos sobre cada uno de ellos.
En la misma reunión, la directora del INAH, María Teresa Franco, llamó a los buzos que realizan expediciones en cenotes, cuevas y túneles sumergidos de la Península de Yucatán a tomar conciencia sobre el patrimonio que hay en el agua y la importancia de no mover o llevarse nada.
Dijo que tuvieron suerte que los buzos que encontraron los restos de Naia ya habían trabajado en algunos proyectos con el instituto de antropología, por lo que no hubo problemas de que alteraran la escena.
Luna dijo que se estima que en la Península de Yucatán hay al menos 12 mil cenotes, depósitos de agua subterráneos.
En el análisis de los restos participaron científicos de Estados Unidos, Canadá, México y Dinamarca.
La mayoría de los científicos dicen que los primeros americanos provienen de ancestros siberianos que vivían en un antiguo puente terrestre, ahora sumergido, que conectaba Asia con Alaska a través del Estrecho de Bering.
Se piensa que entraron a América hace alrededor de 17 mil años desde aquella masa terrestre, llamada Beringia. Y evidencia genética indica que los pobladores originales actuales del continente americano están relacionados con esos pioneros.
Pero los esqueletos más antiguos de América —incluido el de Naia— tienen cráneos muy diferentes a los de los pueblos nativos actuales. Para algunos investigadores, eso sugiere que los primeros americanos provinieron de un lugar diferente.
Naia proporciona un vínculo crucial. ADN recuperado de un molar contiene un marcador distintivo encontrado en pueblos nativos actuales, especialmente de Chile y Argentina. Se piensa que la firma genética surgió entre gente que vivía en Beringia.