Descubren insólito entierro de perros prehispánicos
Fue hallado por especialistas del INAH en un predio de la Avenida Azcapotzalco.
Asociados por lo común a entierros humanos y a construcciones, como acompañantes o guardianes, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron en un predio localizado a medio kilómetro del centro de Azcapotzalco, un contexto arqueológico excepcional a lo reportado sobre enterramientos de perros en la época prehispánica.
Los restos de 12 canes se localizaron en un pozo de dos por dos metros, mientras se excavaba al realizar las tareas de salvamento arqueológico.
Por el nivel en que fueron hallados, a una profundidad de 1.30 m a 1.70 m, todos debieron ser colocados en un mismo momento hace más de 500 años, sin asociación alguna con el entierro de una persona, como guía del alma al inframundo, o como ofrenda dedicada a un templo o edificio.
La relación temporal se da por los materiales de desecho que se han recuperado en los otros pozos de la excavación efectuados en el predio, en particular por la cerámica conocida como Azteca III, manufacturada durante el Posclásico Tardío entre los años 1350 a 1520 d.C., durante el apogeo mexica de la Cuenca, explicó la arqueóloga Rocío Morales Sánchez.
“Entierros de perros se han encontrado en otros contextos arqueológicos, pero en este caso, no está asociado a un enterramiento humano o a construcción alguna. Sin duda es un hallazgo especial, por el número de individuos y porque no hemos encontrado vinculación con un edificio o con un difunto.”
Refirió que también será necesario excavar a más profundidad para saber si hay algún elemento debajo de este depósito y les ayude a hacer una interpretación. Después vendrán los análisis de laboratorio para conocer la causa de muerte, si padecían alguna enfermedad o malformación, o algo que permita deducir por qué los enterraron en este espacio.