Zonas marginadas votan “por la esperanza” en el referéndum escocés
Escocia decidirá si se convierte en una nación independiente.
La jornada electoral se caracteriza por una gran participación a las urnas en zonas afluentes y marginadas de la capital escocesa que votan “sí” y “no” en el referéndum sobre la independencia de Escocia.
Un grupo de personas se dio cita en la calle de Niddrie Mains, un barrio obrero con un alto índice de desempleo que en el pasado contaba con empleos en fábricas de cerveza, helados y una mina de carbón. Hoy estos centros de trabajo están cerrados.
En las afueras de un centro comunitario conocido como “The White House” (La Casa Blanca) una estatua de la libertad pintada de azul celeste y portando un cartel con la leyenda YES da la bienvenida a la comunidad de este barrio, ubicado al sureste de la ciudad.
“La esperanza ha prevalecido sobre el miedo”, afirmó Scott Young de 45 años de edad, quien espera que si gana la independencia los servicios de salud (NHS) no sean privatizados.
“Durante 30 años los gobiernos de Westminster en Londres han castigado a la clase obrera”, cerrando sus fuentes de empleo y “ésta es nuestra última oportunidad para conservar nuestro sistema de bienestar social”, argumentó Young.
Familias con niños pasean frente a la estatua de la libertad y portan orgullosamente banderas y calcomanías con el YES de la independencia.
Afuera de la casilla electoral a unos pasos de La Casa Blanca, sólo se vislumbran simpatizantes del YES y nadie hace proselitismo por el “NO”.
La zona sufre de altos niveles de desempleo y una encuesta reciente apunta que “19 de 20 personas” manifestaron que votarán “sí”.
La jornada electoral se ha caracterizado por una gran afluencia de votantes, así como por el entusiasmo y nerviosismo expresado a la salida de las casillas electorales.
En tan sólo 15 horas, tiempo en que estarán abiertas las urnas, Escocia decidirá si se convierte en una nación independiente o si sigue siendo parte del Reino Unido en un referendo donde las últimas encuestas ubican al voto “no” a la cabeza con cuatro puntos porcentuales.