Violencia en Colombia se redujo en 10 años por procesos de paz: OEA
El organismo monitorea el desarrollo y aplicación de la Ley de Justicia y Paz.
El Estado y la sociedad colombiana han demostrado en los últimos 10 años una constante voluntad política para buscar una salida negociada a cinco décadas de guerra, aseguró el jefe de la misión de la OEA en Colombia, Roberto Osvaldo Menéndez.
El jefe de la misión de la OEA, destacó la voluntad del Estado colombiano y los diferentes sectores de la sociedad para abordar el tema del conflicto y buscar una solución a la guerra interna, que es una “verdadera tragedia nacional”.
“La búsqueda por la paz, desde nuestra perspectiva, tiene muchos aciertos, avances, pero a la vez tiene numerosos desafíos y retos pendientes”, subrayó Menéndez.
La Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de Estados Americanos (MAPP/OEA) llegó a este país andino en 2004, cuando el gobierno del entonces presidente Ávaro Uribe negociaba con las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
El 23 de enero de 2004, Colombia y la OEA firmaron un acuerdo para establecer una misión que “respaldara los procesos de paz, lo cual incluía la verificación y el monitoreo de los acuerdos y el acompañamiento a las comunidades víctimas de la violencia”.
Bajo este marco, la MAPP/OEA ha acompañado el proceso con las AUC, con respeto a los principios de soberanía e independencia del Estado colombiano, y está apoyando los diálogos en Cuba con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Para la OEA, la Colombia de 2014 no es la misma de hace 12 años, porque los niveles de violencia y afectación a la población civil han disminuido en la última década.
Para el organismo interamericano, la experiencia en estos 10 años ha sido “altamente positiva porque nos ha permitido como misión, hacer parte de las comunidades en sus territorios más afectados. Tener la oportunidad de entender, conoce y ganar confianza”.
Una de las líneas de trabajo de la OEA en Colombia se relaciona con la reparación y la reconciliación, que identifica retos, avances y dificultades de los procesos comunitarios de reparación colectiva, fortalecimiento organizacional, construcción de ciudadanía y redes de víctimas.
También desarrolla proyectos en comunidades afectadas por la violencia con apoyo de instituciones estatales, “consolidando la reconstrucción del tejido social comunitario, la generación de confianza y la gestación de una cultura de paz y convivencia democrática”.
La otra línea de la OEA es el desarme, la desmovilización y la reintegración de los irregulares, por lo que debe monitorear “la afectación de las comunidades post desmovilización y las condiciones de seguridad de los participantes del proceso de reinserción”.
Asimismo, el organismo monitorea integralmente el desarrollo y aplicación de la Ley de Justicia y Paz, con el fin de identificar sus avances y retos.
El área de condiciones de seguridad es la encargada de acompañar procesos y analizar la afectación que viven las comunidades más vulnerables y apartadas del país.
La MAPP/OEA incorpora de forma “sistemática el enfoque de género y de derechos de las mujeres en sus acciones de acompañamiento y monitoreo, bajo el entendido de que la incorporación de este enfoque es esencial para contribuir de modo más eficaz a una paz firme y duradera en el país”.
Para Menéndez, en Colombia después de la desmovilización de las AUC, no existen estructuras tan sólidas como las autodefensas, que tenían vínculos en la economía legal y en la institucionalidad política, como lo muestran los procesos judiciales.
“Hoy en Colombia no existe un nivel de agresión y sometimiento a las comunidades, como hace 10 años atrás, de victimización y violación masiva de los derechos humanos, del terror y la zozobra en la que vivió buena parte de la sociedad colombiana”, sostuvo.
Recordó que el proceso con las AUC logró la desarticulación de más de 80 estructuras armadas y se presentaron al menos 30 eventos de desmovilización masiva de las organizaciones de autodefensas en las diferentes regiones de Colombia.
Otro de los aspectos que destacó el jefe de la MAPP/OEA es la alta participación de las víctimas, que ha superado la cifra de las 400 mil y la recuperación de cuatro mil cuerpos, que fueron entregados a sus familiares, después de años figurar como desaparecidos.