Texas ejecuta a homicida de un policía
Kent Sprouse, de 42 años y de origen anglosajón, fue declarado muerto luego que se le inyectó la dosis letal de drogas.
Autoridades carcelarias de Texas ejecutaron este jueves mediante inyección letal a un hombre declarado culpable del homicidio de un policía y de un espectador en la comunidad de Ferris, al sureste de Dallas, en octubre de 2002.
El Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ) informó que Kent Sprouse, de 42 años y de origen anglosajón, fue declarado muerto luego que se le inyectó la dosis letal de drogas en la cámara de la muerte de la Unidad Carcelaria Walls, en Huntsville, Texas.
Sprouse, un adicto a la metanfetamina, fue declarado culpable de matar el 6 de octubre de 2002 al agente de policía Marty Steinfeldt, de 28 años, durante un tiroteo en una estación de gasolina de la comunidad de Ferris a unos 32 kilómetros al sureste de Dallas.
¿QUÉ SUCEDIÓ AQUEL DÍA?
De acuerdo con las autoridades, Sprouse llegó drogado a la estación de gasolina a pedir ayuda porque estaba experimentando problemas con su automóvil.
En el lugar le solicitó ayuda a un cliente, y cuando éste no fue capaz de reparar su vehículo, Sprouse montó en cólera y disparó en contra de Pedro Moreno, de 38 años, quien estaba llenando el tanque de gasolina de su automóvil.
El agente Steinfeldt llegó al sitio en respuesta a una llamada al número de emergencia 911 que daba aviso de una persona lesionada de bala en el establecimiento.
Sprouse disparó contra el policía cuando éste bajaba de su patrulla y lo lesionó en dos ocasiones debajo del brazo, en un área no protegida por su chaleco antibalas, provocándole la muerte.
Sprouse fue acusado del homicidio de Moreno, pero no fue procesado por ello, y el juicio en su contra sólo fue relacionado a la muerte del agente Steinfeldt.
Voceros del TDCJ informaron que Sprouse, quien ofreció disculpas a los familiares de sus víctimas momentos antes de morir, se convirtió en el quinto reo en ser ejecutado en Texas en lo que va del año y en el número 523 desde 1982, cuando Texas restableció la aplicación de la pena de muerte.