Terroristas de Charlie Hebdo contaban con armamento pesado: Policía
Fusiles automáticos Kalashnikov y subametralladoras destacan entre su arsenal.
Fusiles automáticos Kalashnikov, abundantes municiones, cocteles Molotov, una granada, una subametralladora y unas pistolas, además de una luz giratoria que podía ser colocada en el techo de un auto para hacer parecer que se trataba de un vehículo de policía, es el arsenal propiedad de los hermanos Kouachi hallado por la policía tras el tiroteo en las instalaciones del semanario Charlie Hedbo.
La lista de armas, junto a una bandera yihadí, es escalofriante, especialmente dado que Al Qaida ha advertido sobre más ataques similares. Representa además un cambio para Europa occidental, donde los delitos con armas de fuego son mucho menos comunes que en Estados Unidos.
El armamento relativamente pesado, marca de los ataques recientes, parece indicar que las redes terroristas están abandonando el uso de bombas en favor de fusiles automáticos y ametralladoras, además de pistolas.
Los ataques con armas de fuego generan un tipo de terror diferente que las bombas: Más personal, más concentrado y capaz de convertirse en el drama urbano extendido que atrae la atención de la sociedad durante días. Incluso en Europa, es más fácil obtener, transportar y ocultar armas que explosivos.
El cambio de bombas a armas pesadas fue evidente en el ataque en 2012 que mató a tres niños judíos, un rabino y tres comandos en Tolosa, Francia, además del asesinato de cuatro personas en 2014 en el Museo Judío en Bruselas por un extremista con un AK-47.
"La violencia se ha vuelto más focalizada en grupos específicos; judíos, militares y policías. Los atacantes están usando asaltos múltiples y complejos que son igualmente efectivos y más fáciles de realizar que ataques con explosivos", dijo Magnus Ranstorp, un especialista en terrorismo en el Colegio Nacional de Defensa de Suecia.
Dijo que la tendencia comenzó cuando estrategas de los terroristas vieron el éxito relativo de los ataques de 2008 en Mumbai. Un pequeño grupo de hombres bien entrenados y armados consiguió paralizar una importante ciudad durante varios días, dejando más de 160 muertos. Funcionarios contraterroristas advirtieron entonces que la exitosa táctica atraería la atención de otros terroristas en busca de una alternativa más confiable que las bombas caseras.
Agencias occidentales de espionaje temen que terroristas ahora estén planeando ahora más ataques usando herramientas relativamente simples.
El Servicio de Seguridad e Inteligencia de Dinamarca había reconocido en su evaluación más reciente que terroristas pudiesen encontrar "armas relativamente accesibles", incluso cuchillos, armas cortas y bombas pequeñas, dentro del país para atacar.
El uso de bombas se ha vuelto más difícil en años recientes porque las agencias del orden en Europa están monitoreando más las sustancias químicas precursoras que pueden ser usadas para producir explosivos. Las bombas tienen además un alto riesgo de detección cuando los componentes son ensamblados y son inherentemente inestables y a menudo fallan, con resultados fatales para los fabricantes.
En contraste, es relativamente fácil para terroristas con conexiones con el mundo del crimen obtener armas pesadas en el mercado negro, especialmente en países balcánicos como Bosnia, Serbia y Croacia.