Siguen en pie Damas de Blanco en Cuba

Notimex La Habana 04-09-2014 10:40

Existe una desorganización interna.

La líder del grupo disidente Damas de Blanco (DB), Berta Soler, afirmó que su organización sigue en pie, no está dividida y va a continuar su lucha en las calles de Cuba.

Soler señaló que las DB, fundada tras el encarcelamiento, en 2003, de 75 opositores, ya todos liberados, respetan la libertad de expresión y asociación de todos los seres humanos.

"Cada persona puede militar o fundar un partido o un grupo si se siente mal en otro y si no es capaz de acatar el reglamento de las Damas de Blanco”, precisó al ser consultada sobre un cisma en su organización.

“Seguiremos con más fuerza y todas las que entren al grupo deben estar disciplinadas, organizadas y respetar nuestro reglamento”, insistió Soler, cofundadora con la fallecida líder inicial del grupo, Laura Pollán.

Dijo que las mujeres opositoras siguen el legado de Pollán y "no han desaparecido, sino que están fortalecidas y crecieron a lo largo y ancho del país” defendiendo la libertad de los presos políticos.

La escisión en las DB, que ganó el Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2005, estalló cuando casi una treintena de ellas anunció en la ciudad oriental de Santiago de Cuba que abandonaban el grupo.

Belkis Cantillo, quien encabeza las DB en Santiago de Cuba, expresó en días pasados su  inconformidad en la forma en la cual Soler conduce la agrupación, que realiza desfiles públicos callejeros en protesta contra el gobierno.

Según Cantillo, la falta de colaboración entre las Damas de Blanco y la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), que dirige su esposo José Daniel Ferrer, fue una de las causas detrás de la separación.

"No hay problema con ninguna otra organización, incluso con la Unión Patriótica de Cuba, tenemos buenas relaciones con sus delegaciones en varias provincias. Muchas de nosotras militan también en esa organización", dijo Soler.

Las Damas de Blanco son el grupo más visible de la fragmentada oposición isleña y algunas de sus manifestaciones callejeras culminan con arrestos o "mítines de repudio" de partidarios del gobierno que las acusan de “mercenarias” de Estados Unidos.