Tema Cuba, presente en discurso del Estado de la Unión de Obama
Además, este martes el mandatario abordará los puntos sobre una posible reforma fiscal.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pronunciará este martes un discurso ante el Congreso centrado en la economía estadounidense, pero la presencia de Alan Gross, liberado por Cuba, sugiere que el acercamiento con La Habana no pasará desapercibido.
En su tradicional discurso sobre el Estado de la Unión, en el Capitolio a las 21:00 horas tiempo de Washington (20:00 horas, tiempo del centro de México), Obama se apoyará en los buenos indicadores económicos, desempleo por debajo del 6% y el mayor crecimiento en 11 años, para presentar una ambiciosa reforma fiscal que difícilmente los legisladores opositores aceptarán.
A dos años de su salida de la Casa Blanca, el mandatario resume la voluntad de su partido Demócrata de aumentar la presión fiscal sobre el 1% más rico para financiar nuevos planes de ayuda a la clase media.
"Los 400 contribuyentes más ricos pagaron en promedio 17% de impuestos en 2012, menos que las familias de clase media", explicó la Casa Blanca, en un adelanto del discurso presidencial.
Denunciando un código impositivo "injusto", la Casa Blanca señala que 80% del impacto de las medidas caerían sobre el 0.1% más rico, aquellos que ganan más de 2 millones de dólares anuales.
Obama ya dio algunas ideas de sus prioridades para invertir los frutos de la recuperación económica y más impuestos a los ricos: facilitar acceso a la propiedad, mejorar el acceso a Internet de alta velocidad y la gratuidad de los "community colleges", centros universitarios de formación corta.
Pero de inmediato la idea fue desechada por los adversarios políticos del presidente. "Esta no es una medida seria", dijo Brendan Buck, vocero del congresista Paul Ryan, excandidato a vicepresidente.
En las rudas negociaciones que se avecinan, el presidente recordó a sus adversarios que puede usar el veto para rechazar las leyes que lleguen a su despacho.
Además, en unos pocos meses Obama ha usado al máximo sus facultades presidenciales para dictar políticas unilateralmente, como al anunciar una nueva política hacia Cuba o decretar medidas para regularizar temporalmente a unos cinco millones de inmigrantes.