Resguardan pruebas de fiscal muerto que acusó a Cristina Fernández
La muerte de Alberto Nisman modificó todo el escenario y acelera la investigación.
El juez Ariel Lijo ordenó resguardar las supuestas pruebas con las que el fallecido fiscal Alberto Nisman acusó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de haber negociado la impunidad de terroristas iraníes.
Lijo decidió interrumpir sus vacaciones y volver a Buenos Aires al enterarse de que Nisman apareció muerto esta madrugada, apenas cinco días después de haber denunciado a la presidenta y al canciller Héctor Timerman.
El juez, quien ya procesó al vicepresidente Amado Boudou por corrupción, decidió que los expedientes de Nisman sean protegidos para continuar con la investigación de un caso que ha conmocionado al país, por el nivel de la acusación contra la presidenta y por la repentina muerte del fiscal que la imputó.
Además de los expedientes, las principales pruebas que Nisman dijo tener son 300 casetes de grabaciones de conversaciones telefónicas cuya legalidad ha sido puesta en duda, ya que podrían ser resultado de un espionaje no autorizado o de una investigación paralela que no tenía facultades para realizar.
Nisman entregó en días pasados una denuncia de 300 páginas en contra de Fernández de Kirchner y Timerman, a quienes acusó de fraguar un plan para ofrecerles la impunidad a los iraníes implicados en el ataque sufrido en 1994 en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
El fiscal aseguró que el gobierno quería negociar la impunidad de los acusados iraníes para reanudar las relaciones comerciales bilaterales e intercambiar petróleo por granos argentinos, lo que el gobierno rechazó desde el primer momento.
La culminación de esta maniobra, denunció el fiscal, fue el Memorando de Entendimiento que Argentina e Irán firmaron en 2013 y a través del cual la república islámica se comprometió a permitir que los imputados fueran interrogados en Teherán, cosa que finalmente jamás ocurrió.
Nisman también afirmó que Argentina le ofreció a Irán, en negociaciones ocultas, eliminar la “alerta roja” de Interpol que pesa sobre los iraníes acusados del ataque a la AMIA, cosa que tampoco sucedió porque la orden de detención siempre estuvo vigente.
El fiscal solicitó la semana pasada que se iniciara la investigación, lo que fue rechazado por la jueza María Servini de Cubría, quien estaba a cargo del despacho de Lijo debido a las tradicionales vacaciones de verano que disfruta el Poder Judicial en esta época.
La muerte del fiscal modificó todo el escenario, ya que ahora Lijo acelerará la investigación y, tal y como lo solicitó Nisman, podría convocar a Fernández de Kirchner como imputada.