Republicanos, los nuevos amos del Congreso de EU
Ejercerán resistencia contra Obama con iniciativas económicas y leyes que contrarresten sus reformas.
Vencedores en las legislativas de noviembre, los republicanos serán desde el martes los nuevos amos del Congreso estadounidense, dispuestos a ejercer resistencia a Barack Obama, con iniciativas económicas y leyes que buscan contrarrestar varias reformas del presidente.
La 114a sesión del Congreso se iniciará con la más amplia mayoría republicana en la Cámara de Representantes desde 1930, y por primera vez desde la presidencia de George W. Bush, también con mayoría republicana en el Senado.
Su prioridad: aprobar una ley que autorice la construcción del oleoducto Keystone XL entre Canadá y Estados Unidos.
La obra debe contar con la autorización del Ejecutivo estadounidense, pero Barack Obama titubea desde hace seis años a causa de la oposición de muchos demócratas y ecologistas. Los republicanos darán luz verde a través de la ley al gigantesco proyecto para concretar su promesa de aprobar normas que creen empleo.
El miércoles habrá una audiencia en el Senado y el nuevo jefe de la mayoría, Mitch McConnell, prometió una votación rápida, tras un debate abierto a las enmiendas.
Para los republicanos, el crecimiento económico pasa por el desarrollo de los hidrocarburos. También están a favor de aumentar las perforaciones petroleras, particularmente en Alaska, y a levantar las restricciones a la exportación de gas natural licuado y de crudo (la gasolina y los productos refinados ya pueden ser exportados).
En los años 1970, y en reacción a la crisis petrolera, el Congreso había prohibido las exportaciones de crudo estadounidense, pero la reciente explosión de la producción estadounidense ha hecho de la prohibición algo obsoleto, según los partidarios de la liberalización.
La ley de la reforma de salud, emblema del primer mandato de Barack Obama, bautizada "Obamacare", también estará en el orden del día tras el receso parlamentario. Los más conservadores querrían una votación simbólica para derogar totalmente la reforma, que obliga a tener un seguro de enfermedad bajo pena de multa.