Guerra Clarín-gobierno refleja polarización argentina
Clarín aún posee el 73% de las licencias de medios.
El gobierno argentino y el Grupo Clarín revivieron un largo conflicto que refleja la polarización que estalló hace seis años y que dividió a la mayoría de medios de este país entre oficialistas y opositores.
El pasado miércoles, Martín Sabatella, titular de la Autoridad Federal de los Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), anunció que el multimedios más importante del país violó la ley, por lo que sus empresas serán subastadas por el Estado.
La decisión se debe a que Clarín no se ajustó al fallo emitido el año pasado por la Corte Suprema de Justicia, misma que declaró la constitucionalidad de la llamada Ley de Medios que el emporio impugnó durante cuatro años porque afectaba su hegemonía.
A partir de esta sentencia, el Grupo tenía que presentar un “plan de adecuación” para vender y dividir sus negocios audiovisuales, ya que la ley establece que ninguna empresa puede controlar más del 35% del mercado.
De acuerdo con el Afsca, Clarín viola la ley porque todavía posee el 41.8% de las licencias de radio, el 78% de la televisión abierta y el 59% del cable.
La denuncia de Sabbatella precisó que el multimedios presentó un “plan de adecuación” falso, ya que creó supuestas nuevas empresas, pero con socios comunes en otras firmas, lo que finalmente deja el negocio en las mismas manos.
Este es un nuevo capítulo entre el conflicto que Clarín y el gobierno comenzaron en 2008, cuando un conflicto agropecuario que el multimedios respaldó por completo hizo peligrar la continuidad de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada.
Hasta entonces, ambas partes habían mantenido una relación de equilibrio de intereses que permitió, por ejemplo, que el fallecido esposo y antecesor de la presidenta, Néstor Kirchner, aprobara la ampliación de licencias de radio y televisión en beneficio de Clarín.
“Clarín miente” fue desde 2008 en uno de los lemas preferidos del kirchnerismo, que se convirtió así en el primer gobierno desde el retorno de la democracia (1983) que se enfrentó a un multimedios que se ufanaba de poner y quitar presidentes.
A partir de esta pelea, el Grupo Clarín se erigió como el principal opositor al kirchnerismo, con planas del diario y noticieros de radio y televisión plagados de noticias negativas, algunas manipuladas o inventadas, hacia todo aquello que tuviera que ver con el gobierno.
El kirchnerismo, en tanto, utilizó la pelea para financiar su propio grupo de medios oficialistas y acusar a Clarín de mentir y de promover la destitución de un gobierno democrático.
Además, recordó una y otra vez que Clarín comenzó a afianzarse como el medio de comunicación más influyente de Argentina gracias a la colaboración de su propietaria, Ernestina Herrera de Noble, con la última dictadura militar (1976-1983).
La “guerra sucia” entre el gobierno y el multimedios llegó a su extremo cuando los hijos adoptivos de Herrera de Noble se convirtieron en botín político para determinar si eran o no hijos de desaparecidos políticos.
Aunque la obligada extracción de sangre a la que se sometieron no demostró, por ahora, que los hijos de la dueña de Clarín hubieran sido robados de alguna cárcel clandestina, si se probó que la adopción había sido ilegal.
Como parte del enfrentamiento, el gobierno denunció a Clarín y al también opositor diario La Nación de haberse apropiado de Papel Prensa, la empresa proveedora de papel periódico, con el apoyo de los militares.
La Ley de Medios representó un triunfo político para el kirchnerismo, pero cinco años después de haber sido aprobada Clarín aún posee el 73% de las licencias de medios, domina la televisión por cable y maneja un canal líder en la televisión abierta.
También posee el principal canal de noticias de 24 horas (Todo Noticias, TN) y otras tres señales en cable, Radio Mitre (líder en audiencia), y cientos de canales y radios locales en el interior del país.