Rebeldes armados toman la ciudad de Idlib, en Siria
Esta es la segunda capital que pierde el gobierno sirio, después de Raqqa.
Los rebeldes armados arrebataron este sábado por primera vez el control la ciudad de Idlib, en el noroeste de Siria, a las fuerzas leales al presidente Bashar al-Assad, informaron activistas del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Idlib es la segunda capital provincial que pierden las tropas gubernamentales, después de la norteña ciudad de Raqqa, que fue capturada por los combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El OSDH informó que la coalición llamada Ejército Fattah, que incluye a grupos islamistas como el Frente al-Nusra, Ahrar al-Sham, Jund al-Aqsa, Jaish al-Sunna y Liwa al-Haqq, tomó el control de la ciudad este sábado, después de cinco días de intensos combates.
En medio de esos enfrentamientos, esta alianza armada logró hacerse del control de más de 17 puestos y bastiones de las fuerzas gubernamentales en los alrededores de la ciudad, el pasado jueves, lo cual resultó vital para expulsar a las tropas de al-Assad.
“El Frente al-Nusra y sus aliados capturaron toda Idlib”, indicó el OSDH, que cuenta con una amplia red de activistas a través de Siria, y añadió que la lucha por esa ciudad se saldó con la muerte de por lo menos 130 personas.
El grupo islamista reivindicó por su parte la “liberación de Idlib” en su cuenta de la red social Twitter, en tanto que la televisión estatal siria reportó que las fuerzas del gobierno reposicionaron sus unidades en el sur de la ciudad.
Idlib tiene una importancia estratégica, ya que se encuentra cerca de la carretera principal que une a la capital Damasco con la ciudad comercial de Alepo, pero también es cercana a la provincia costera de Latakia, un bastión del presidente al-Assad.
Además de Idlib y Raqqa, las fuerzas del régimen sirio también perdieron la antigua y estratégica ciudad de Busra Sham, en la provincia de Deraa, en el sur del país.
El conflicto en Siria ha entrado en su quinto año sin perspectivas de una solución, pese que ya han muerto más de 220 mil personas desde que comenzaron las protestas contra al-Assad, las cuales derivaron en una guerra civil debido a la represión del régimen.