Presidenta de Argentina llega cojeando al encuentro con el Papa
Sufrió un esguince en su tobillo izquierdo el domingo por la noche.
La presidenta argentina Cristina Fernández dijo que el Papa Francisco pidió que los gobiernos de América del Sur se mantengan unidos y dialogando más allá de sus matices ideológicos, aunque no hizo mención a la situación de Venezuela durante el encuentro que mantuvieron el lunes.
"No hubo mención específica a un país, lo cual no correspondería. Hubo una mención muy fuerte a mantener la unidad de los pueblos de América del Sur", dijo Fernández en rueda de prensa con periodistas de medios argentinos tras el almuerzo que compartió con Francisco en su residencia privada de Santa Marta.
La mandataria contó que Francisco insistió en que "ustedes tienen que estar juntos, unidos, no separarse, dialogar".
"Tiene como objetivo fundamental que independientemente de los distintos matices, la región se mantenga unida y solidaria, hablando entre nosotros", agregó Fernández.
La presidenta llegó atrasada y cojeando al encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano tras haber sufrido un esguince en su tobillo izquierdo el domingo por la noche mientras caminaba por su habitación de un hotel de Roma.
La mandataria lució un tutor negro, que le pusieron en un hospital de Roma para inmovilizarle el tobillo.
Francisco y la presidenta argentina tampoco hablaron en particular sobre el narcotráfico, pese a que la Iglesia Católica de Argentina lanzó duras advertencias sobre el crecimiento de este flagelo en el país sudamericano.
En cambio, Francisco le planteó a Fernández su preocupación por la inseguridad como una vertiente de "la exclusión. La exclusión, sobre todo en los jóvenes, es uno de los principales motivos de la inseguridad", dijo la presidenta.
Fernández agregó que "al Papa hay un tema que le preocupa y desvela que es el trabajo y la juventud".
Este fue el tercer encuentro del Papa con su compatriota y presidenta.