Otorgan a mexicana “Nobel de los Derechos Humanos”
Es pionera en llevar a tribunales casos de empresas para que respeten derechos de las comunidades.
La abogada mexicana Alejandra Ancheita se alzó con el Premio Martin Ennals 2014, considerado como el Nobel de los Derechos Humanos, en reconocimiento, según ella, a "la creciente violencia sufrida por los defensores de los derechos humanos en México", informó este martes la Fundación Martin Ennals.
Ancheita es la fundadora y directora general de ProDESC, una ONG fundada en 2005 para apoyar a los migrantes, a los trabajadores y a las comunidades indígenas frente a las empresas multinacionales.
Esta abogada mexicana, cuyos detractores denominan "la abogada del diablo", según sus propias palabras, es también una "pionera en llevar a tribunales mexicanos casos de empresas que no han respetado los derechos de las comunidades [locales], ni de trabajadores y trabajadoras", según esta fundación con base en Ginebra.
Un jurado independiente compuesto por las 10 principales organizaciones del mundo especializadas en la defensa de derechos humanos escogió a la abogada mexicana entre los tres nominados para este premio creado en 1993 con el nombre del ex secretario general de Amnistía Internacional.
Los dos otros nominados eran la china Cao Shunli, fallecida en marzo, por su lucha por la libertad de expresión y reunión en China; y el abogado Adilur Rahman Khan (Bangladesh), cuya organización de defensa de derechos humanos Odhicar podría cerrar a falta de medios financieros, bloqueados por la oficina del primer ministro.
"Espero que esta nominación promueva mejores condiciones e incremente la seguridad, no sólo para mí, sino para todos los defensores de derechos humanos de mi país", dijo la galardonada, afirmando que estuvo vigilada, al igual que sus compañeros, tanto en la sede de la organización como en su domicilio particular. Las oficinas de ProDESC fueron allanadas en 2013.
Para Ancheita, que se declara también blanco de "campañas de difamación en los medios de comunicación", el nuevo gobierno mexicano no ofrece una respuesta eficaz a la situación de los defensores de derechos humanos, que "debería mejorarse".