Obama se reconcilia con Angela Merkel
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, celebró con cerveza y salchichas décadas de amistad entre Estados Unidos y Alemania tras recientes desafíos, y dijo que el país "es la prueba de que los conflictos pueden terminar y los grandes progresos son posibles".
Obama comenzó su visita a la cumbre del Grupo de los Siete de líderes mundiales con énfasis en reparar las relaciones con la anfitriona, Alemania, con una visita a un pintoresco pueblo alpino con la canciller, Angela Merkel.
Los vecinos del pueblo de dos mil habitantes llenaron la plaza municipal con trajes tradicionales bávaros. Antes del mediodía se reunieron en largas mesas y bebieron cerveza en algo que parecía más un festival que los preparativos para un discurso presidencial.
Tras sus discursos, Obama y Merkel se sentaron a una de las mesas, brindaron y comieron pretzels y salchichas. Los gobernantes tenían previsto reunirse en privado después en el lugar cercano donde se celebra la cumbre de dos días del Grupo de los Siete, que reúne a las principales naciones industrializadas, para comentar su agenda antes de sumarse a sus homólogos de Gran Bretaña, Francia, Italia, Canadá y Japón.
La polémica sobre espionaje creció en las últimas semanas, en medio de noticias sobre que la Agencia Federal de Inteligencia alemana (BND, por sus siglas en alemán) podría haber ayudado a Estados Unidos a espiar a empresas y cargos europeos a partir de 2008.
El jefe de gabinete de Merkel supervisa a esa agencia, y sus socios de coalición, los Social Demócratas —un partido de centro izquierda golpeado en los últimos sondeos de opinión— ha empleado el asunto para presionar a su oficina. Aun así, no parece haber indicios de que las cuestiones de espionaje hayan dañado al partido de la canciller.